Dos de los actos británicos más importantes de todos los tiempos son por supuesto David Bowie y The Smiths y, en el caso particular del “Duque Blanco”, alguna vez sentió cierto aprecio hacia Morrissey y compañía, e incluso llegó a nombrar su canción favorita del conjunto.

Después de que los sintetizadores dominaran gran parte del panorama durante la década de los setenta, los ochenta trajeron consigo de vuelta el poderío de las guitarras, entre ellas las de Johnny Marr y Andy Rourke de The Smiths, quienes enmarcarían la poesía angustiosa de Morrissey bajo sus acordes de bajo y guitarra.

Como todos sabemos, The Smiths duraron solamente cinco años, pero en ese meteórico tiempo publicaron cuatro álbumes casi infalibles y un puñado de sencillos no discográficos muy influyentes, como “How Soon Is Now” y “This Charming Man”.

Cuando la banda se retiró en la primavera de 1987 nos dejaron con ‘Strangeways, Here We Come’ que, en palabras del baterista Mike Joyce, fue el mejor trabajo de The Smiths, algo con lo que coincidían todos los miembros de la agrupación.

A la moción también se unió David Bowie, quien se convirtió en uno de los grandes fanáticos de la banda a mediados de la década de los ochenta. En una entrevista concedida a Q Magazine en 1992, Bowie elogió el álbum y eligió “Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me” como su favorita.

Sigo considerando a Morrissey como uno de los mejores letristas de Gran Bretaña, añadió.

Q Mag vía Far Out.

Morrissey y Bowie se conocieron por primera vez en 1990 en el backstage de la gira Sound and Vision en Manchester. Después de congeniar, la pareja interpretó a dueto el tema “Cosmic Dancer” de Marc Bolan en 1991, durante una actuación de Morrissey en Los Ángeles.

Lamentablemente, la amistad entre ambos se agrió en 1993 después de que Bowie decidiera versionar el tema de Morrissey “I Know It’s Gonna Happen Someday”, como advertencia de derechos de autor.