Chino Moreno con Austin TV en el Vive Latino 2010.

Chino Moreno con Austin TV en el Vive Latino 2010.

En 2014 el Vive Latino cumple 15 años, década y media de ser el evento musical más importante de Latinoamérica y un espacio en el que se viven cientos de historias año con año. Desde la persona que es aventada en las mantas de la plancha del Foro Sol hasta las reuniones de años, pasando por las bandas que se convierten en leyenda frente a 50,000 personas y el que descubre a su nueva banda favorita en la Carpa Intolerante.

Para celebrar los 15 años del festival elegimos 15 historias con los personajes, momentos y situaciones que han formado al Vive Latino. Esto es VL15x15.

El Vive Latino es una fiesta que sucede arriba y abajo de cada uno de sus escenarios. Entre el público, se congregan círculos de amigos que, quizá, tenían años sin verse, como si fuera magia, incluso muchas veces sin planearlo. Este factor de improvisación ocurre también sobre los escenarios. Son las fiestas que llenan de emoción cada una de las presentaciones que suceden durante un fin de semana en el Foro Sol, son las colaboraciones que nadie imaginó ver algún día y que hoy son valiosos tesoros del tiempo.

Recordemos unas cuantas de las colaboraciones más legendarias que han ocurrido en el Vive Latino.

Jaguares con León Larregui de Zoé – “Mátenme porque me muero” (2009)

Un clásico del rock mexicano, original de una banda que todos creíamos extinta e imposible de reunir: Caifanes. “Mátenme porque me muero”, interpretada por su autor, uno de los máximos exponentes de la música latinoamericana, acompañado del líder de otra banda que marcó a una generación, Zoé.

Los Tres con Meme y Quique de Café Tacvba – “Déjate Caer” (2010)

¿Quién rindió tributo a quién? Café Tacvba convirtió esta canción, original de Los Tres, en un éxito para el público mexicano, y el Vive Latino una vez más hizo de las suyas para ofrecer un momento único: ambas bandas (en realidad solo subieron dos tacvbos) sobre el mismo escenario, para una interpretación única y memorable.

Lost Acapulco con Dany Ammis de Los Straitjackets – “Terremoto” (2008)

Para México (y el mundo) los ídolos del surf rock son Los Straitjackets, incluso para la banda que mejor representa este género en México, Lost Acapulco. Y aunque ambas bandas tienen una historia en conjunto, el Vive Latino fue el pretexto perfecto para compartir escenario y ofrecer una interpretación en vivo de su ya conocida colaboración en el estudio, “Terremoto”.

Como estas, han ocurrido centenas de colaboraciones en medio del festival de música más importante de América Latina. Pero el Vive Latino no solo es una plataforma musical, encima es una fábrica de sueños. Sueños que se cumplen para miles de personas, sueños que se hacen realidad para las mismas bandas que participan.

Una de las colaboraciones más emocionantes en la historia del Vive Latino es la que ocurrió en 2010, cuando Chino Moreno subió al escenario con Austin TV para acompañar la melodía de la canción “Marduk”. Tal vez, se trate del mejor ejemplo que habla sobre un sueño hecho realidad.

Muchos nos hemos preguntado, ¿cómo surgió esta colaboración? ¿De quién fue la idea? ¿Qué sintió Austin TV cuando Chino subió al escenario? Las respuestas a estas y más preguntas, las compartimos con la historia de esta colaboración, contada por Rata, bajista de la banda.

Una historia de Austin TV con Chino Moreno

Por Rodrigo “Rata” Carrillo (@rattack)

¿Cerrar un escenario del Vive Latino 2010? ¡No mames! Meses para planear aquel rock.

Era un sueño hecho realidad. La primera vez que tocamos en un Vive abrimos el escenario más pequeño, a las 12 del día, por ser instrumentales. Cinco años después, cerraríamos uno de los escenarios.

Teníamos que echar toda la soya, carne y demás al asador. Hicimos visuales, disfraces nuevos, máscaras nuevas, pantallas en formas geométricas, etcétera. Además, presentábamos el disco Los Caballeros del Albedrío. Era todo o nada, hasta salimos con un stencil a marcar con el nuevo símbolo las calles aledañas al Foro Sol.

Por primera vez, en un Vive Latino, nos dejaron hacer prueba de sonido, dos noches antes del festival. ¿Saben lo que es eso? Cuando tocas en festivales tan grandes no puedes hacer prueba por cuestiones de producción, así que casi siempre suenas bien culero. Hay mil combinaciones que pueden arruinarte un rock, pero con la prueba de sonido te aseguras de que bajen las probabilidades. Así que dejamos todo listo y nos fuimos esa misma noche hasta Monterrey a tocar, en lo que fue travesía larguísima en autobús.

Llegó el día. Después de miles de horas en el camión nos sentíamos listos para todo. Estábamos en el camerino cuando surgió la idea de que Chino Moreno colaborara con nosotros (Deftones tocaban el mismo día del Vive Latino, un par de horas antes de nosotros). Ya habíamos tenido un acercamiento con él, un día que tocamos en el Hard Rock y los Deftones estaban en el DF. Era 2007. Aquella vez tocamos tan tarde que Chino pudo ir a vernos. Unos amigos que teníamos en común lo llevaron. Xavier Campos y un amigo más lo invitaron. Tres años después, fue el mismo Xavier, junto con Daniel Beke quienes idearon este plan.

“¿Les gustaría que el Chino Moreno se suba a tocar con ustedes?” Enseguida dijimos que sí, pero no sabíamos de qué forma. Mientras pensábamos, Xavier y Daniel le propusieron al Chino colaborar con nosotros y él accedió. La primera propuesta corrió por su parte: “toquemos juntos una canción de The Cure”. Pero, como somos instrumentales, ese tipo de colaboraciones se complican. No todos nos sabíamos la misma canción de The Cure. Ya estábamos por tocar y él también (con Deftones). Parecía que no se lograría, cuando de pronto se nos ocurrió la idea de “Marduk”. Le preguntamos y se prendió. Dijo que terminando de tocar se daría un baño e intentaría llegar al escenario. Con esta noticia, y sin saber si realmente iba a suceder, nosotros salimos felices a tocar.

Todo empezó de maravilla. Había muchísima gente, no veía final a la cantidad de personas en la recta. Comenzamos con “Rucci” y un kabuki de 12 metros cubría el escenario al mismo tiempo que servía como pantalla en donde proyectamos fotos viejitas y videos de Austin TV. Logramos tocar un par de canciones sin mayores contratiempos y una crónica de lo que parecía una noche increíble, se volvió una pesadilla.

Llegó el momento de prender las nuevas máscaras por primera vez (tardamos meses en hacerlas), cuando ¡pum! Mi pinche máscara no prendió. No estaba bien soldada al switch y con tanto brinco, falló.

Siguiente canción y se va el audio. Logran que regrese y, a la mitad, se vuele a a ir (frustración y ansiedad). ¿Para qué tanto desmadre de pantallas, disfraces y más si la música no podía sonar? De todo lo que planeamos, lo peor que podía pasar era eso, porque era algo que no estaba en nuestras manos. La planta de luz se había tronado. Recuerdo que estuvimos a punto de voltear los monitores hacia el público para poder terminar el rock.

Todo iba muy mal. Nos reunimos a un lado del escenario para ver qué sucedía y, ¡sorpresa! Ahí estaba el Chino Moreno con una chela en mano y un cigarro de broma en la otra. Pero en ese momento, en vez de felicidad, me dio pena y tristeza. Se iba a frustrar algo que ni en el mejor sueño pensé que podría pasar: tocar junto al Chino Moreno (la primera canción que toqué en el bajo fue “Bored”).

Nota: Les eché todo este cuento de hueva para explicarles la magnitud de lo que pasaría a continuación.

Habían traído otra planta de luz desde el otro lado del Foro Sol y, finalmente, regresó la electricidad. Decidimos tocar sólo una pieza más: “Marduk”. A la mitad, Chavo invitó a Chino a subirse al escenario. Solo la presencia de uno de mis ídolos de la adolescencia bastó para que lo que parecía la peor noche, se convirtiera en una de las mejores.

Ese güey se subió con toda la humildad y buena vibra del mundo. Mientras tocábamos, yo no lo podía creer. No teníamos idea de cómo iban a suceder las cosas, no habíamos ensayado nada, todo había sido por mensajes a través del celular. Pero el Chino Moreno es profesional, y con una personalidad muy cabrona le dio la vuelta a todo. Comenzó a tararear la melodía de “Marduk” con su estilo. La volvió hermosa. Hubo un momento bien chingón en el que, sin planearlo, todos al mismo pinche tiempo apretamos la distorsión de nuestros instrumentos y el Chino comenzó a gritar. Fue brutal, todo fue improvisado y toda la frustración salió en esos minutos (para mi fueron segundos). Recordé que me metí a esto del rock por eso, para sacar todo lo que había dentro de mi. No para dar un show increíble, sino para canalizar todas las mamadas que pasan por mi cabeza.

Terminamos de tocar y nos quedamos a un lado del escenario. Le agradecimos por haber subido con nosotros. Nos dimos un abrazo todos. El Chino, los Austin TV y los que hicieron posible que las cosas pasarán: Xavier, Daniel, Jiju, Balbi, Roger, Josué Orduña. Y nos fuimos.

Tardé días en procesar la información. En los siguientes días, todos tarareábamos la melodía de “Marduk” como él la había cantado. Irónicamente, todo lo que habíamos planeado salió mal, y lo que no, salió increíble. Hoy recuerdo ese día y todavía no creo que haya sido yo quien estuvo ahí, arriba del escenario, tocando con mis mejores amigos y el Chino Moreno. Y todo esto pasó gracias al Vive Latino.

Finalmente, esta historia se resume en los siguientes cinco minutos.

Sigan la transmisión en vivo del Vive Latino a través de Coca-Cola.FM.