Dicen por ahí que el rock, actualmente, está muerto. Y mientras dicha afirmación es bastante debatible, lo cierto es que el género de las guitarras alguna vez dominó- y escandalizó- las listas de popularidad. Fueron muchas las generaciones que crecieron al ritmo de aquello que alguna vez se consideró transgresor, y que poco a poco le llenó los sentidos al público en general.
Mucho ha pasado desde la era dorada del ‘Revolver’ de Los Beatles o el ‘Sticky Fingers‘ de los Rolling Stones. Quizás es cierto que el rock ya no domina los rankings mundiales, pero el legado que construyó es imperecedero, y continuará inspirando -de alguna u otra manera- a las generaciones más jóvenes.
Recientemente, les preguntamos en redes sociales cuál era el disco absoluto para introducirse al rock & roll. Los clásicos ocupan casi todo el listado, salvo tres miembros contemporáneos que lograron el corte.
The Beatles – Abbey Road (1969)
Un obligado no sólo del rock & roll, si no de la música en general es ‘Abbey Road’. Para muchos es el pináculo de la obra del cuarteto de Liverpool, ya que sintetiza a la perfección todo lo que los Beatles representaban musical y artísticamente hablando.
Fue producido por George Martin para Apple Records, con Geoff Emerick como ingeniero de grabación, Tony Banks como operador de cinta y Alan Parsons como asistente de producción.
Incluye “Something”, “Come Together”, “Oh! Darling” y “Here Comes the Sun”, algunas de los temas más famosos del grupo. Éste fue el último disco que los Beatles hicieron juntos ya que el siguiente, ‘Let It Be’, había sido grabado con anterioridad.
Black Sabbath – Black Sabbath (1970)
Otro titán de la música contemporánea es el debut homónimo de ‘Black Sabbath’, considerado el primer álbum de metal de la historia. Contó con una presupuesto de tan sólo 600 libras y se grabó en dos días. De aquí se desprenden clásicos como “N.I.B” o “The Wizard” y gracias a su icónica portada -entre otras cosas-, les ganó de por vida la reputación de satánicos a Ozzy y compañía.
Led Zeppelin – IV (1971)
El disco con el que Led Zeppelin hizo pacto con el diablo, según la leyenda urbana. Fue producido por Jimmy Page y se grabó entre noviembre de 1970 y enero de 1971 en varios lugares, sobre todo en la casa del siglo XVIII Headley Grange.
Page decidió que no tendría título oficial, así que se le conoce como ‘Led Zepellin IV’. Esto, aunado a los símbolos al interior del booklet -que representaban a los cuatro miembros de la banda- le dotaron de un sincretismo enorme, y también llegó a ser nombrado como ‘Las Runas’, ‘Cuatro símbolos’ o ‘ZoSo’.
Pink Floyd – Dark Side of the Moon (1973)
‘The Dark Side of the Moon’ es uno de los trabajos más aclamados por la crítica, y suele figurar en las listas de los mejores álbumes de todos los tiempos.
Se trata de un esfuerzo conceptual, que explora temas como el conflicto, la codicia, el tiempo, la muerte y la enfermedad mental. Se incluyen fragmentos de entrevistas con el crew de la banda junto con citas filosóficas. La carátula, que representa un espectro prismático, fue diseñada por Storm Thorgerson en respuesta a la petición de Richard Wright de un diseño “simple y audaz”, que representara la iluminación de la banda y los temas del álbum. Se promocionó con dos sencillos: “Money” y “Us and Them”.
Metallica – Master of Puppets (1986)
‘Master of Puppets’ es considerado ahora un clásico del thrash metal por los fans, los críticos y los propios miembros de la banda; y uno de los mejores álbumes de heavy metal de todos los tiempos. Fue también el último disco en el que tocó Cliff Burton, quien murió durante un accidente vial mientras promocionaban el esfuerzo.
Ha vendido 6 millones de copias y fue certificado 6 veces como disco de platino por la RIAA. En 2015, ‘Master of Puppets’ se convirtió en el primer álbum de metal de la historia en ser seleccionado por la Biblioteca del Congreso para su conservación en el Registro Nacional de Grabaciones.
Guns N’ Roses – Appetite for Destruction (1987)
El álbum debut de Guns N’ Roses pasó algo desapercibido al momento de su lanzamiento, en 1987. No sería sino hasta el año siguiente cuando se convirtió en un éxito comercial masivo, después de que la banda hiciera una gira y recibiera difusión con los cortes “Welcome to the Jungle”, “Paradise City” y “Sweet Child o’ Mine”.
Encabezó la lista Billboard 200 y se convirtió en el debut más vendido de todos los tiempos, así como en el undécimo álbum más vendido de todos los tiempos en los Estados Unidos. Con más de 30 millones de copias desplazadas en todo el mundo, es también uno de los discos más comercializados de todos los tiempos.
Nirvana – Nevermind (1991)
Lo iconos de toda una generación, Nirvana, entregaron el disco absoluto para entender el movimiento grunge de los noventas: ‘Nevermind’. Fue producido por Butch Vig y mezclado por Andy Wallace, quien creó las guitarras distorsionadas, el bajo reverberante y la voz catártica de Kurt. Con ello, establecieron el estándar para toda la música rock de la década de 1990.
Kurt Cobain expresó más tarde su descontento con la producción “ingeniosa” y “amigable para la radio” del álbum; pero también admitió en la biografía de Nirvana de 1993 de Michael Azerrad, Come As You Are: The Story of Nirvana, que escuchar ‘Nevermind’ a veces lo conmovía hasta las lágrimas.
Pearl Jam – Ten (1991)
‘Ten’ es el debut de Pearl Jam, lanzado un 27 de agosto de 1991 a través de Epic Records. Tratando temas violentos, agresivos, románticos depresivos y socialmente críticos; ‘Ten’ aborda canciones sobre lo que la sociedad promedio vivía a diario, siendo ampliamente conocido por sus jams de guitarra y la potente voz de Eddie. El nombre del disco es un homenaje al número de la camiseta del jugador de baloncesto Mookie Blaylock.
El éxito de ‘Ten’ no fue inmediato, pero desembocó en una ola de popularidad que alcanzaría su punto álgido en 1992, llevando a Pearl Jam a numerosos directos, festivales, clubes y a la televisión.
Radiohead – OK Computer (1997)
Radiohead grabó ‘OK Computer’ en 1996 y principios de 1997, principalmente en la histórica mansión St Catherine’s Court. Sus letras abstractas, ese sonido densamente estratificado y sus influencias eclécticas sentarían las bases del trabajo posterior de Radiohead, mucho más experimental (‘Kid A’).
El álbum describe un mundo cargado de consumismo desenfrenado, alienación social, aislamiento emocional y malestar político. En este sentido, se dice que ‘OK Computer’ tiene una visión clarividente del estado de ánimo de la vida del siglo XXI. La banda utilizó técnicas de producción poco convencionales, como reverberación natural mediante la grabación en una escalera y la ausencia de separación de audio; para lograr su cometido. Las cuerdas se grabaron en los estudios Abbey Road de Londres y Ed O’Brien asegura que el 80% del álbum se hizo en directo.
The Strokes – Is This It (2001)
Para su debut, The Strokes se esforzó por plasmar un sonido sencillo, que no se mejorara significativamente en el estudio. Partiendo de su EP de 2001 ‘The Modern Age’, los miembros de la banda moldearon las composiciones en gran medida a través de tomas en directo durante las sesiones de grabación; mientras que Julian Casablancas continuó explorando motivos juveniles en sus letras.
El lanzamiento del álbum se considera un momento decisivo en la reinvención de la música de guitarra post-millennial. Ha figurado en las listas de los mejores álbumes de la década de 2000 y de todos los tiempos de varias publicaciones. De ahí se desprenden tres sencillos: “Hard to Explain” (respaldado por “New York City Cops”), “Last Nite” y “Someday”.