El proceso de vacunación a nivel global ha re-abierto la puerta para que reuniones masivas vuelvan a suceder tras casi año y medio de pandemia del Coronavirus y, recientemente, Foo Fighters inauguró las actividades en el Madison Square Garden de Nueva York con un concierto a su máxima capacidad, que finalmente abonó -cuantiosamente- a los bolsillos de Dave Grohl y compañía.

Según informa Billboard, se trató del primer show en el estadio en casi 500 días y la banda vendió 15 mil 371 entradas, recaudando más de $1.4 millones de dólares. El evento puso fin a la persistente falta de actividad del recinto debido a las directrices de recogida en medio de la crisis sanitaria.

Los asistentes al concierto en el Madison Square Garden tuvieron que presentar una prueba de vacunación Covid-19, según lo dispuesto por el Departamento de Salud de N.Y, con una última dosis recibida al menos 14 días previos al evento. El regreso de los Foo’s se produjo con el aforo completo: el número de entradas superó con creces el límite establecido por el propio recinto.

Y es que el término “aforo completo” puede “variar engañosamente de un estadio a otro y de un espectáculo a otro”, explica Billboard.

Sin embargo, no se puede discutir el estatus de los Foo Fighters. A través de 662 shows reportados desde 2015, el tope promedio del MSG es de 15,140, un par de cientos de asientos menos que el show del sábado (20 de junio).

Además de grandes clásicos y nuevos temas (extraídos de ‘Medicine At Midnight’, su más reciente disco); Foo Fighters invitó al comediante Dave Chapelle para interpretar a dúo “Creep” de Radiohead; y el baterista Taylor Hawkins intercambió lugares con Dave Grohl para una rendición de “Somebody To Love” de Queen.

De ahora en adelante el futuro inmediato de Foo Fighters luce brillante. Serán inducidos al exclusivo Salón de la Fama del Rock & Roll en octubre; lanzarán un nuevo álbum con motivo del Record Store Day 2021 bajo su alter-ego disco The Dee Gees; y tocarán en The Forum en L.A. el próximo 17 de julio.