Durante la efervescente década de los años sesenta, los Rolling Stones, famosos por su maestría en el rock, coincidieron en el escenario en varias ocasiones con un grupo de bubblegum-pop. A pesar de su destreza musical, Mick Jagger, despreciaba a esta banda, y la sensación era mutua, generando una tensión palpable entre ambos conjuntos.

En una entrevista de 1995 (vía Far Out), Jagger fue cuestionado sobre las comparaciones entre los Rolling Stones y los Beatles. Enfatizó que era común relacionar a los Stones con los Fab Four y otros grupos de la época, como Herman’s Hermits. Este último grupo, cuyo estilo musical se asemejaba al sonido inicial de los Beatles, fue motivo de anécdotas para Jagger. Recordó un incidente en Filadelfia, donde Herman’s Hermits encabezaba el cartel y surgieron discusiones sobre los camerinos. Jagger mencionó la incomodidad de ser confundidos con ellos en público, lo que les generaba molestia y desdén.

A pesar de que Herman’s Hermits mantenían una imagen alegre y accesible, su música incorporaba elementos del rock and roll, ganándose la aceptación de un amplio espectro de oyentes durante los años 60. Aunque su popularidad declinó hacia finales de la década, sus canciones perduran en la memoria colectiva por sus melodías contagiosas y su encanto juvenil.

El grupo alcanzó notoriedad con éxitos como “I’m Into Something Good”, “Mrs. Brown, You’ve Got a Lovely Daughter”, “There’s A Kind of Hush” e “I’m Henry VIII, I Am”. Estos temas demostraron su habilidad para componer canciones pegajosas y radiables que resonaron especialmente durante la apogeo de la Invasión Británica en Estados Unidos.

Sin embargo, los Rolling Stones no mostraban un gran respeto por la banda y, en un concierto en Filadelfia, insistieron en cerrar el evento, lo que provocó que parte del público abandonara antes la actuación de los Stones, irritando a Jagger.

Estos desencuentros no se limitaron a Herman’s Hermits, ya que los Beatles, especialmente John Lennon, también tuvieron sus roces con Jagger. Lennon expresó su molestia, alegando que Jagger imitaba todo lo que hacían los Beatles. Esta rivalidad añadía un matiz adicional a la dinámica competitiva entre bandas icónicas de la época, dejando huella en la historia de la música de los años sesenta.