Recientemente, The Guardian consultó a David Fincher sobre cómo su trabajo como director en ‘Fight Club’ de 1999 se ha convertido en un favorito entre ciertos grupos, como los “incels” y la extrema derecha. Estos grupos encuentran en la película la representación de hombres blancos desposeídos que se unen para rebelarse contra la sociedad capitalista.

Sin embargo, Fincher se desvinculó de esta interpretación, comentando a Variety: “No soy responsable de cómo la gente interpreta las cosas… El lenguaje evoluciona. Los símbolos evolucionan”

Cuando se le señaló que ‘Fight Club’ se ha convertido en un punto de referencia para la extrema derecha, Fincher respondió con resignación: “Es uno de los muchos elementos en su léxico”. Pero aclaró que no fue esa la intención al crear la película. Reconoció que, al igual que con obras de arte como las de Norman Rockwell o el Guernica de Picasso, la gente verá diferentes cosas en ellas.

Fincher añadió que le resulta imposible concebir que la gente no reconozca a “Tyler Durden” (interpretado por Brad Pitt) como una influencia negativa. “A las personas que no pueden entender eso, no sé cómo responderles y no sé cómo ayudarlos”– aseguró el cineasta de 61 años de edad.

‘Fight Club’ presenta a Edward Norton como un oficinista insomne que se asocia con un vendedor de jabón (Pitt) para crear un club de lucha clandestino. Posteriormente, el personaje de Pitt planea un ataque contra empresas de crédito al consumidor mientras el club de lucha se transforma en un grupo terrorista. A pesar de haber sido un fracaso de taquilla inicial en 1999, la película se convirtió con en un auténtico clásico de culto.

El año pasado, la película generó controversia en China cuando se lanzó en la plataforma de transmisión de video más grande del país con un final editado. El desenlace original de Fincher muestra a Norton eliminando a su alter ego “Tyler Durden” (Brad Pitt) y presenciando la ciudad en llamas como resultado de su plan anárquico. Sin embargo, la versión censurada en China cortó la escena antes de la destrucción de la ciudad, sugiriendo que las autoridades detuvieron el plan.

Fincher, en respuesta a esta edición, comentó que los encargados de la versión censurada probablemente habían leído la novela, ya que la adaptación seguía bastante de cerca el final del libro de Chuck Palahniuk.

El director expresó su confusión y asombro ante la decisión de cambiar el final de su película para su difusión en plataformas de streaming. Preguntó irónicamente por qué licenciarían una película si no les gusta su historia original. Según él, no tiene sentido modificar una película con dos décadas de antigüedad, sabiendo que no se caracteriza por ser suave.