Crecimos con la televisión educándonos y diciéndonos que la vida será fácil cuando seas un adulto, y cuando llega la realidad: ES PÉSIMO. Y aún así no podemos odiarla, y seguimos viendo series, pero estas son los engaños más grandes que hemos vivido por su culpa:
El amor es bonito siempre que lo encuentras. El amor no es fácil, y no siempre es bonito, pero siempre nos venden el “felices para siempre”.
Podrás rentar un departamento enorme y vivir solo. Siempre nos muestran departamentos enormes y muchas veces viviendo solos, pero luego que te toca hacer eso, te das cuenta que es casi imposible a menos que ganes demasiado bien.
El trabajo de tus sueños llegará muy fácil. En realidad te das cuenta que tienes que tener muchos trabajos horribles hasta tenerlo, pero de nuevo, a la televisión le encanta mentirnos.
Las peleas de pareja siempre son súper dramáticas. No todo tiene que ser gritos a mitad de la calle, y lo bueno es que esa es una de las primeras cosas que te das cuenta que no son ciertas, ¿quién necesita tanto drama?
Siempre tendrás dinero para salir. No sabemos si en el mundo ficticio de las series les regalen las cosas, pero en verdad no sabemos cómo una persona con un sueldo normal puede salir de fiesta o beber café o cerveza todo el tiempo. No nos salen las cuentas.
Así que no, no le crean a la televisión, porque ser un adulto de verdad es mucho más difícil de lo que parece.