Fotos por: Geraldine Sanabria

Nota del editor:

México tiene una rara costumbre de enamorarse tan rápido como odia; así como un día pueden jurarle lealtad a un artista o festival, así de sencillo y veloz pueden voltearles bandera y reírse, burlarse y disfrutar de la caída de sus supuestos “ídolos”, a la primera señal de “fracaso”.

Y de verdad que el Internet intentó burlarse de Nrmal, pero la comunidad que le ha acompañado durante todos estos años, aquellos que durante 364 días de año nos sentimos como que no pertenecemos y como que nadie nos escucha, para encontrar cobijo en esas horas de música, sombra en esos gigantescos escenarios, y amor en esa bola de “misfits” que le dan vida al festival, no lo dejamos (ni dejaremos) caer.

Así que no vuelvan a dudar de Nrmal.

Texto por: Felipe Corrales

A pesar de las adversidades, si te estoy hablando a ti Flying Lotus, Nrmal es más que un headliner caído. Uno va a Nrmal a sentirse cómodo, tirarse en el pasto, beber una cerveza y disfrutar de la música y los amigos. Con once años de existencia y desde 2014 en CDMX este festival tiene una esencia única que nadie puede matar.

Es comprensible la gente llegó agüitada por la cancelación del acto principal pero poco a poco esto fue quedando en el olvido, cuando entras a Nrmal inmediatamente te sientes en confianza todo es buena vibra y sobre todo comodidad, algo que los grandes festivales carecen por su exposición masiva.

Jackie Mendoza abrió el día con una dosis de pop fresco e hipnótico para después pasar a un doom atmosférico por parte de Fumata.  Esa camaradería que nos incita a bailar y dejar todo en un festival fue proporcionada por el fabuloso set de Belafonte Sensacional, dejaron todo en el escenario.

Por otro lado, con el sol de frente y a tope Wand hizo de la psicodelia un participante más de esta edición, una ejecución fina y abrumadora. BEA1991 y Byetone fueron pulsantes y ruidosos, producciones musicales hechas para el dancefloor y que dentro de un festival levantan el ánimo de cualquiera.

The Sea and Cake fue la calma y paciencia, un set fino y perfecto para bajar las emociones y sentir una rica tarde de sábado. Al anochecer Bush Tetras fue esa dosis de energía y  punk que elevó las emociones.

Juana Molina cerró la actividad de los escenarios principales con esa creatividad musical llena de punk, psicodelia y pasión. Un recorrido entre Halo, Forfun y Weed 21, un show el cual esperamos desde por mucho tiempo.

Al final de la jornada musical la falta de Flying Lotus quedó en el olvido, la celebración de NRMAL pudo más que esta cancelación y todo vivimos un sábado espectacular.

¡Larga vida a NRMAL, te queremos ver triunfar! Nos vemos en 2021.