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¿Quieres vivir solo, o irte con roomies? ¡Claro! ¿Por qué no? En las series de la tele se la pasan increíble, tú también puedes, ¿no? Pues ahora te damos el baño de realidad sobre las cosas que nadie te está diciendo sobre independizarte. Porque no todo es color de rosa, además de la libertad y sentirte realmente como un adulto, estas son las cosas con las que tendrás que luchar todos los días hasta que te acostumbres y seas feliz, o simplemente te resignes a que así será tu vida de aquí en adelante.

Tendrás menos dinero para ir de fiesta. Piensas que cuando vives solo podrás hacer lo que quieras y llegar a la hora que sea, pero ¿con qué dinero? Ya pagaste todas las cuentas y fuiste al súper, y te das cuenta que no te queda mucho dinero para llegar ahogado a las 7 AM del día siguiente.

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Las mudanzas son lo peor. Siempre piensas que tienes pocas cosas, hasta que 20 cajas después te das cuenta que no, y que después tendrás que sacar esas cosas de nuevo y acomodarlas en un nuevo lugar. Si quieres torturar a alguien, dile que tiene que mudarse.

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Solo tú pagas las cuentas. Tienes que aprender a administrarte muy bien, porque no se te puede pasar pagar la luz, el internet, el agua o el gas, porque créeme, si te cortan alguno de esos te vas a querer morir.

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Limpiar, limpiar y limpiar. Ya nadie hará las cosas por ti, a menos que si tienes un roomie y se repartan los deberes; pero ya no podrás ignorar tu ropa sucia, o el hecho de que todos los vasos estén sucios. Y sí, es una flojera.

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Tu departamento no se verá tan bonito como esperabas. Siempre vemos fotos de departamentos súper bonitos, pero cuando empiezas a amueblar el tuyo parece más que alguien se metió a robar y se llevó todo lo que estaba bonito. Porque sí, cada tontería que vas a poner en tus estantes o libreros… CUESTA.

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Nadie te hará desayuno cuando te estés muriendo de la cruda. Sí, es la más dolorosa de todas, porque después de que hiciste el esfuerzo económico de ponerte la peda de tu vida, al día siguiente no te despertarás con el desayuno hecho esperando en la cocina con el sabor a mamá. Buena suerte haciendo comida en ese estado.