En aquella época entre el ‘…And Justice for All’ & el ‘ReLoad’, Jason Newsted fue testigo de miles de cosas que hoy conforman a la historia de Metallica. ¿Una de ellas? La obsesión de Lars Ulrich por coleccionar pequeñas cosas relacionadas a la banda.

Desde flyers hasta setlists, Jason cuenta en entrevista para Knotfest que en esos entonces, Ulrich solía quedarse incluso hasta con boletos de fanáticos que los iban a saludar después del show, cosa que para Newsted era asqueroso y obsesivo, pero que, con el paso de los años, fue descubriendo que tenía un cierto sentido y que por ello, incluso hasta lo llegó a comprender:

“No te voy a mentir, era muy jodidamente extraño y obsesivo que en cada puta fecha Ulrich estuviera como rata en la basura viendo qué recogía sin que nadie se diera cuenta.

Lo odiaba y me hacía enojar muchísimo. Pero ahora lo comprendo, y es que después de tantos años, corajes, peleas, reconciliaciones y buenos momentos, me quedo pensando en ¿qué me llevé de Metallica además de memorias? Nada.

Pero él no. Él tiene un sótano en su casa exclusivamente para todo este tipo de cosas: flyers, setlists, plumillas, cuerdas rotas, contratos, etc.

Ulrich tiene de todo y ahora lo aprecio, porque es como entrar a una máquina de tiempo de memorias”.

Jason Newsted

Pensando en el dinero, uno hasta podría considerar que ese cuarto se podría hasta subastar en algún momento por millones de dólares. Pero de momento, sólo es lo que es: un sótano lleno de buenas memorias para todo aquel que ha formado parte de la historia de Metallica.