20. Dënver – “Revista de gimnasia”

Por: @folkmetender

Desde el inicio nos atrapa con ritmos de la época disco. El bajo está lleno de groove y las cuerdas lo dicen todo. Las voces de Milton y Mariana siempre han funcionado bien, aquí no es la excepción. El coro continúa la línea pegajosa, mientras que los arreglos orquestales hacen la diferencia respecto a sus contemporáneos.

19. Darkside – “Paper Trails”

Por: @ruzo

Nicolas Jaar y Dave Harrington entregaron una de las mejores melodías downtempo del 2013. Un sonido muy seductor que coquetea con el blues mientras convierte el baile personal en una necesidad: conseguir compañía para disfrutar más la música.

18. Miley Cyrus – “Wrecking Ball”

Por: @lgking

¿Cuántas veces no sonó en los lugares más inesperados? Más allá de la controversia y su video rompe récords, la canción es una de las mejores power ballads que han llegado al top 40 en los últimos años. Combinando un poderoso coro con metáforas de un amor destructivo, la canción pasará a la historia como una joya pop.

17. Queens of the Stone Age – “My God Is the Sun”

Por: @elbaxter

El álbum más íntimo y afilado en la carrera de Josh Homme también tiene la canción que más representa a su proyecto principal. Una canción que se sitúa en el desierto: árida, filosa y dura. Las letras, como en el resto del álbum reflejan la corta distancia entre la vida y la muerte, y al final: la inspiración para continuar. Los QOTSA en su estado más puro, más honesto y más acertado. Por eso fue el primer sencillo del disco más emocionante de rock del año.

16. Quiero Club – “Ciudades”

Por: @soyvelez

En su obra más completa Quiero Club logró fusionar su potencial para hacer himnos como “Música” con los básicos para hacer bailar. Con ayuda de La Royale, hicieron un himno para curar nuestras ciudades, sin importar cómo se llamen. Una canción que define la lucha constante que se vive en las grandes urbes que tratan de acabar con nosotros, un día a la vez.

15. Jon Hopkins – “Open Eye Signal”

Por: @ruzo

Este es el viaje más profundo que logró Hopkins en Immunity, desde el origen de los sonidos: grabaciones de ambientes y acontecimientos convertidos en música electrónica interesante y entretenida. Entre burbujeos, la canción avanza sin buscar euforia; explorando hacia el interior.

14. James Blake – “Retrograde”

Por: @christianxrojas

“Retrograde” es una canción que consagra a James Blake como un músico detallista y enamorado de su técnica al momento de producir su arte. Es sensible y al mismo tiempo frágil. La canción, con un perfecto dominio de la tecnología sobre géneros románticos como el soul, crece emocionalmente al punto de ser incisiva para el oído, es frenética en su punto climático.

13. Kendrick Lamar – “Bitch Don´t kill my vibe”

Por: @ruzo

Una canción perfecta para conocer al nuevo rey de la costa oeste: su pasado y presente augurando un futuro maravilloso. El artista de 26 años rima sobre sus orígenes, miedos y las expectativas a su alrededor, mientras espera conservar su vibra para seguir avanzando en la nueva generación de hip hop.

12. Lorde – “Royals”

Por: @lgking

La mayoría de las estrellas pop tienen una gigantesca maquinaria que los ayuda a promover su producto y a ser un éxito internacional. Millones de dólares se invierten en nombres como Katy Perry o Lady Gaga, pero en 2013 se los llevó de calle una neozelandesa de 16 años que con sueños de realeza y una extraña canción pop conquistó al mundo. 2013 nos dio muchas sorpresas pero ninguna tan grata como “Royals” y por supuesto, Lorde.

11. Foals – “My Number”

Por: @elbaxter

El quinteto de Oxford entregó su trabajo más acertado con Holy Fire. El disco mete gol con un sano balance entre la propuesta con la que conocimos a Foals (matemáticos, precisos y brutales, pero en contención) y un sonido más relajado, incluso en momentos, improvisado. “My Number” es una canción perfecta para conocer a Foals a través de la radio y la repetición: la fórmula infalible del sencillo comercial. Es bailable y pegajosa, al mismo tiempo inteligente y plagada de impredecibles valores de producción. Para escuchar, para ir de fiesta, para entrar a la profunda (y corta) trayectoria de una de las bandas más interesantes de los últimos tiempos.