Sobrevivir Un Mal Día

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Aunque nos gustaría que la vida fuera “color de rosa”, es inevitable vivir algunos días en los que las cosas simplemente no nos salen como nos gustarían. Y si el transcurso de esos días es malo, el cierre puede ser mucho peor ya que en lugar de simplemente dejar ir y esperar por tiempos mejores, es muy fácil caer en la tentación y revivir todo lo malo que vivimos una y otra y otra vez. ¿Les ha pasado? Hoy tenemos algunos consejos para que no les vuelva a suceder.

Éstas son las instrucciones básicas para sobrevivir a un día de mi*rda:

Respira lento y hondo: Claro, a nadie se le olvida respirar, aún cuando esté muy enojado, pero verás que te cambia el ánimo si lo haces con toda calma.

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Sonríe: No, no estamos diciéndote “ponte de buenas”, sonríe aunque tengas que forzar el gesto. Verás lo difícil que es mantenerte enojado cuando lo haces.

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Apaga todo: El teléfono, la tele, la computadora… y quédate así, sin nada que te distraiga, ni te presione.

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Consiéntete: ¿Qué es lo que más te gusta en la vida? Hazlo, cómpralo, cómelo… después de un día así, te lo mereces, ni lo cuestiones.

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Sal a la calle: Camina, respira, mira las estrellas, a los perros en un parque y llévate un playlist increíble. La única condición es que tus problemas se queden en casa.

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Habla con alguien que siempre te haga sonreír: Pero no le cuentes de tu mal día simplemente dile que querías saludarlo y exprésale cuanto lo quieres, al colgar verás que tendrás una sonrisa en el rostro.

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¡Duerme lo más que puedas!: ¿8 horas? Entre más mejor, no para olvidar, sino para que tu cuerpo se pueda recuperar de todos los achaques que el estrés le provocó a lo largo del día.

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