problemas-chica-penosa

Ser una persona penosa puede traer muchos problemas. Si bien ser un poco más introvertido no tiene nada de malo, hay cosas básicas en las que no nos hallamos en el mundo y la convivencia diaria se puede volver un poco difícil. Lo entendemos y nos identificamos, ¿a ti también te pasa?

Cosas en las que perdí mi tiempo en mis 20’s y ahora me arrepiento

Estos son los problemas que sólo los realmente penosos entendemos:

1. La gente cree que eres mamón/a cuando en verdad sólo eres penoso.

2. Eso de la plática casual sobre el clima es lo peor que te puede pasar, pero los silencios incómodos… ¡Son aún peores!

3. Cuando te encuentras a algún conocido a lo lejos pero te da cosa saludarlo y prefieres darte la vuelta o pasar viendo tu celular para que no te vea.

4. Cada que tienes una interacción social, tu cabeza está analizando todo lo que sale de tu boca, las cosas que dices mal y las razones por las que te pueden juzgar.

5. Cuando estás en una fiesta o reunión y todos hablan y tú llevas una hora callado/a y sólo sonríes y asientes.

6. Lo incómodo que es estar hablando por mensaje o Whatsapp con alguien y que decida hablarte por teléfono. ¡¿Por qué?!

7. A veces te dan pequeños ataques de ansiedad cuando tienes que parecer amable o desinhibido (como cuando conoces a los papás de tu novio o vas a una entrevista de trabajo).

8. Cuando alguien te habla en un bar/antro/fiesta o te trata de ligar y tu no sabes qué responder a sus avances. ¡Qué pena!

9. El momento en el que tu amigo con el que fuiste a la fiesta va al baño y tu te quedas solo como dedo pretendiendo ver tu celular.

10. Cuando tienes que hablar frente a mucha gente (como en una presentación) y no entiendes por qué te pones tan nervioso.

11. Tu tono de voz probablemente sea muy bajo y cuando hablas la gente te pide que le repitas lo que dijiste porque no te escuchan bien.

12. Cuando estás un poco tomado/a, te vuelves el alma de la fiesta y la gente se sorprende diciendo cosas como “¡Quién te viera!” Al día siguiente no puedes con la pena de haber bailado sobre la mesa.

13. Cuando vas a que te corten el pelo y el estilista insiste en hacerte plática.

14. Cuando estás en un elevador con otra persona y te saluda y te sientes de lo más incómodo/a.

¡Qué pena!