Sí, aunque parezca imposible, en pleno 2015 seguimos tratando muy diferente a las mujeres con respecto a los hombres. Nuestra herencia sociocultural sigue privilegiando la libertad y empoderamiento del hombre sobre las mujeres y muchas veces parece que a nadie le importa. Ni si quiera tienen que llegar a problemas más serios como la equidad de ingresos o el acceso a distintas oportunidades para cada sexo, hay muchas costumbres mucho más sencillas que forman parte de este gran problema. Éstas son algunas cosas por las que nos juzgan a las mujeres y los hombres sí pueden hacer. ¿Cuáles otras te vienen a la cabeza?
Cómo se visten: No importa si se arreglan mucho o muy poco, el mundo tiene fuertes expectativas sobre cómo se ven.
Querer o tener más de una pareja: No importa bajo qué términos y condiciones, eso solo es un orgullo de los hombres.
Discutir abiertamente su sexualidad: De inmediato te ganas una medalla de “promiscua”… por decirlo con una palabra amable.
Tener iniciativa: ¿Por qué seguimos esperando a que el hombre de el primer paso?.
Su peso: Arriba de talla cero eres gorda, pero los hombres aún gordos no son criticados.
Decir o pedir lo que le gusta en la cama: ¿Placer? Sí, no es un invento exclusivo para hombres.
No saber cocinar, lavar y otras tareas del hogar: Hay hombres que pueden pasar su vida entera sin hacerlo, pero… ¿Una mujer?
No querer tener hijos: Los hombres tendrán sus razones, pero… ¿Una mujer? ¿Qué no nacen para ser madres?
Su independencia: ¿Para qué luchar por ella? Hay gente que todavía cree que toda mujer necesita a un hombre en su vida.
Expectativas para ser atractivas: Tienen que ser supermodelos, cultas, genios, saber cocinar, ser lindas, aguantar todo sin quejarse y no esperar nada a cambio.
Ocupaciones y gustos: Un hombre puede ser diseñador de modas, chef o maquillista, pero hay quienes se sacan de onda si una mujer quiere ser futbolista.
