Cada año que pasa, más y más de los asistentes regulares a SXSW regresan de Austin, Tejas a casa con el mismo comentario: “este año no me gustó tanto”. En parte porque el festival no deja de crecer y las más de 100,000 personas que invaden Austin por 3 semanas hacen que sea casi imposible, comer, ir al baño o ver a una banda sin hacer una fila que parece eterna. Pero otra parte tiene que ver con el espíritu del festival en sí.

SXSW es un festival diverso, pero su objetivo siempre ha sido muy claro: detectar tendencias. No importa si esto se refiere a una banda nueva o a una grande que regresa con un buen disco para lucir. Pero cada vez más, el festival es invadido por artistas que solo quieren aprovechar su renombre para robarse escaparates en el festival.

En otras ediciones hubiera sido interesante que Justin Bieber se presentara. A los 15 pudo haber llegado a venderse como “el siguiente rey del pop” y aunque el festival es principalmente alternativo, también es un encuentro de industria por lo que hubiera sido interesante. O pudo haber hecho algo innovador para promocionar un álbum o sencillos. Slash, otro artista que no tiene mucho que hacer en el festival, participó este año para hacer un hackathon -con premios muy malos- enfocado a encontrar una manera innovadora de lanzar su próximo álbum: ahí encontró una manera inteligente de captar la atención de los medios.

El problema con el show sorpresa de Justin Bieber, no es Justin Bieber, sino el momento por el que pasa en su carrera y el nulo pretexto para hacerlo. Bieber necesita cuanta distracción pueda generar para apagar las notas relacionadas a sus escándalos por manejar alcoholizado, las peticiones -ridículas- para deportarlo de Estados Unidos y la opinión generalizada de que es una mala persona que está latente en los medios. La presencia de grandes nombres en el festival de descubrimiento hace que muchas marcas pongan su atención en generar experiencias similares alejándose cada vez más de buscar a los mejores nuevos talentos e impulsarlos. Parece un hecho intrascendente, pero acciones como ésta harán que poco a poco uno de los radares musicales más importantes a nivel mundial pierda su encanto y utilidad.

Afortunadamente, el festival es tan grande que aún hay muchas cosas increíbles que descubrir. Esta semana tuvimos la oportunidad de acompañar a Vans México en House Of Vans junto a varios actos latinos en los que ambos apostamos fuertemente. Pueden ver la primera parte de nuestro diario en este enlace y estar al pendiente para más contenidos especiales con algunos talentos que encontramos en las calles de Austin.

Vía gigwise.com