Un nuevo estudio (vía The Guardian) sugiere que practicar skateboarding en la mediana edad (40-59 años) ayuda a las personas a superar la depresión, a establecer vínculos con sus hijos y a adquirir un “significado espiritual”.
El Dr. Paul O’Connor, investigador de la Universidad de Exeter, entrevistó a patinadores internacionales y analizó artículos de los medios de comunicación para su nuevo estudio. Descubrió que, además de los beneficios físicos, practicar skateboarding alivia los problemas de salud mental y da “un profundo significado y resonancia” en un sentido espiritual.
La patineta proporciona a las personas de mediana edad “acceso a una comunidad” y “una identidad independiente de otras partes de su vida”.
Una de las razones de la repentina popularidad de este deporte podría ser que la medida del éxito es “más fluida” en comparación con otros deportes, y el fracaso se considera parte de la actividad, según los expertos.
Para su análisis, el Dr. O’Connor realizó 30 entrevistas a patinadores de mediana edad, en su mayoría de Estados Unidos y Canadá, y observó la práctica del skateboarding en Hong Kong y el Reino Unido. “Para las personas con las que hablé, el skate era algo más que una forma de cuidar la salud física”, dijo.
“Al menos en dos ocasiones, cuando pedí a los informantes que trataran de explicar lo que el skateboarding significaba para ellos, me encontré con hombres adultos que luchaban por contener las lágrimas, literalmente sin palabras al tratar de comunicar la importancia y la gravedad de su pasatiempo”.
Vía The Guardian.
El Dr. O’Connor, quien tiene un interés personal en este deporte y en la sociología del skateboarding, también se subió a una tabla como parte de la investigación. En sus conversaciones con los aficionados de mediana edad, descubrió que el patinaje aliviaba los síntomas de la depresión y otros problemas de salud mental, ofrecía la oportunidad de volver a conectar con sus hijos y ayudaba a las personas a hacer frente a las pruebas y tribulaciones personales, incluido el abuso de sustancias.
Los patinadores de mediana edad parecen reconocer los beneficios para la salud de mantenerse activos y hacer ejercicio con la patineta; sin embargo, su principal objetivo parece ser el placer.
Los patinadores de mayor edad pueden estar interesados en perder peso y mantenerse en forma, pero a menudo se dice que son subproductos del bienestar más general que se consigue con la actividad.
El skateboarding proporciona una salida emocional seria para las personas que han experimentado pruebas personales en el colapso de sus relaciones a largo plazo, desafíos profesionales, paternidad y abuso de sustancias.
Vía The Guardian.
Desgraciadamente, dice el Dr. O’Connor, medios y comunidad en general se burlan de los patinadores de mediana edad, calificándolos como “ridículos” y en plena “crisis de la mediana edad”.
Por lo general, estas críticas se dirigen a los hombres y tienden a trivializar al patinador de mediana edad como un chiste. En contraparte, las representaciones de las patinadoras de mediana edad suelen ser más positivas y celebran su inclusión y participación en el skate.
Vía The Guardian.
El Dr. O’Connor define al skateboarding como un “deporte de estilo de vida”, un término que engloba una serie de actividades deportivas urbanas y rurales informales, que buscan la emoción. Los deportes de estilo de vida no tienen uniforme, ni reglas, ni plazos, y se entienden como actividades relativamente recientes en comparación con el fútbol o el rugby.
Y lo que es más importante, los deportes de estilo de vida tienden a centrarse más en el disfrute de la actividad y menos en competir con otro bando o jugador.
El estudio se ha detallado como capítulo de un nuevo libro titulado ‘Lifestyle Sports and Identities’. Presenta una serie de estudios de casos globales sobre los efectos de deportes alternativos como la escalada, el surf, la bicicleta de montaña, el skateboarding y el roller derby.
El público puede solicitar el acceso al capítulo del Dr. O’Connor a través del portal en línea de la Universidad de Exeter.