Nadie quiere ser el mal tercio. Estás feliz en tu soltería cuando te toca salir con tus amigos que son pareja. Toda la seguridad que tienes al estar solo, es robada por su cursilería. Nunca antes te habías sentido tan solo, todo esto gracias a ser el mal tercio cuando salen juntos.
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Problemas de siempre ser el mal tercio
1. Siempre eres el último en todo. En entrar al restaurante, en ordenar, al caminar y más. Cuando eres el mal tercio, parece que has sido olvidado por todos.
2. Eres quien toma las fotos. Y debes tomarlas bien. Tus habilidades de fotógrafo se desarrollarán cuando salgas con tus amigos que son pareja.
3. Te has convertido en el “sustituto”. Es decir, cuando en el cine esta la película que el novio o novia no quiere ver u otro evento social, eres al primero al que llaman para acompañar.
4. Debes tolerar sus momentos románticos. Te distraes un poco y cuando los volteas a ver, descubres que se están besando incontrolablemente o están acariciando sus manos. Lo mejor que haces es desconectarte mentalmente.
5. Ayudas a resolver sus peleas. Debes se el mediador y el que da los consejos. Puedes llegar a encontrarte entre la espada y la pared, lo que provoca que hasta se enojen contigo.
6. No puedes compartir a la hora de la comida. Ellos comparten sus platillos favoritos, el postre, la bebida, todo. En cambio tú te lo debes pasar todo y no podrás probar diferentes cosas.
7. Nadie te paga. Porque no tienen la obligación de pagarte, así que sufres todos los gastos de tu propio consumo y claro, si se reparten la cuenta a veces te toca dar más.
8. No sabes si debes reír de sus chistes. Tienen chistes “locales” que obvio no entiendes, pero sientes raro si no te ríes, aunque cuando lo haces te arrepientes porque pueden verte raro.
9. Te tienen lástima. Te repiten que encontrarás a alguien, que eres una persona que vale mucho la pena. Tú nunca les pediste su opinión y probablemente te sientes bien solo, pero son las consecuencias de ser un mal tercio.
