El bajista Charles Cave no mintió cuando a principios de este año confesó que Big TV, el tercer disco de estudio de su banda, se trataba del trabajo más melódico de su carrera. Desde que el primer sencillo “There Goes Our Love Again” apareció, White Lies se presentaron una vez más como aquella banda londinense con influencias claras de Interpol o Joy Division, pero esta vez con una tenue renovación sonora que indudablemente remite a The Killers o a Editors. Las letras y la habilidad de contar historias del vocalista Harry McVeigh, es también un elemento que encuentra un camino genuino en este nuevo disco, es la forma en que la banda nos hace mover la cabeza y los pies, al mismo tiempo que nos platica sobre la relaciones románticas y las fuerzas que ayudan a mantenerlas unidas o separadas por completo.

Bajo la producción de Ed Buller, el álbum parte justo de la canción que le da nombre y que determinantemente establece el sonido de los once tracks restantes. Los coros poderosos en canciones como “Getting Even” y los recuerdos del rock ochentero que aparecen en “First Time Caller, son elementos recurrentes que la mayoría de las veces se acompañan de sintetizadores protagónicos y baterías que dejan de lado los sonidos acústicos. Al contrario, las bases rítmicas de Big TV son más bien el reflejo de una producción que busca precisión y la consigue, pero algunas veces sacrificando naturalidad.

Al escuchar una canción como “Be Your Man”, es indudable la fórmula en que White Lies se basan para convencernos. Sus coros son más fuertes que sus composiciones, por lo que su esencia y el éxito que este disco podría tener, radica en las letras, en las historias y en la forma tan melódica que llegan a nuestros oídos. Big TV no es un mal trabajo, estamos frente a un álbum que muestra la madurez y la habilidad creciente de su vocalista, así como la buena convivencia entre cada uno de los instrumentos. Tiene grandes momentos, desde sencillos potencialmente radiables y exitosos como “Mother Tongue”, hasta baladas emocionantes como “Change”, donde Harry McVeigh muestra el poder de su voz en su máxima expresión.

Probablemente Big TV no sea uno de los discos que más sobresalgan este año, pero tampoco habrá que considerarlo un fracaso. White Lies saben perfectamente lo que quieren sus fans y lo que buscan aquellas personas amantes de los coros emocionantes. De principio a fin, el nuevo disco de este trío británico es una oda a las grandes canciones de estadio y al romanticismo que todo mundo quiere cantar.