La tarde del pasado 22 de mayo, el senado de la República Argentina aprobó una iniciativa de ley – con un marco apabullante de 50 votos a favor y uno en contra, el del salteño Juan Carlos Romero– que decreta 30% de participación femenina obligatoria en eventos musicales realizados en vivo a partir del anuncio de 3 o más talentos.
La iniciativa fue presentada ante el senado de la nación por la senadora del Frente para la Victoria-PJ, Anabel Fernández Sagasti, y respaldada por un colectivo de músicas liderado por la cantante Celsa Mel Gowland, famosa intérprete argentina quien a lo largo de sus casi 35 años de trayectoria ha logrado colaborar con talentos como Soda Stereo, Fito Páez, Diego Torres, Alberto Spinetta, Andrés Calamaro o Fabiana Cantilo.
La también llamada ‘Ley Mercedes Sosa‘ – en honor a la icónica folclorista tucumana- sentó las bases de sus cimientos a partir de los datos arrojados a través de Ruidosa Fest.
Ruidosa Fest es un festival feminista multidisciplinario fundado por la chileno-americana Francisca Valenzuela que se ha presentado en distintas latitudes como México, Chile, Perú o Los Ángeles y busca difundir, educar y re-valorizar el trabajo de cantantes, músicas y compositoras femeninas en la industria musical y del entretenimiento.
En Argentina, tras un análisis de más de 3.000 artistas y bandas, se determinó que la participación de mujeres (solistas y bandas de mujeres) no supera el 10% de los números artísticos en cada uno de los tres años analizados: 9,1% en 2016, 10% en 2017 y 10,1% en 2018. Eso quiere decir que tan sólo 1 de cada 14 propuestas musicales son actos con participación femenina.
Aunque todavía falta la aprobación de la Cámara de Diputados trasandina, este significa un gran logro para la reivindicación del trabajo de cientos de mujeres que buscan igualdad de oportunidades y remuneración en un ambiente tan injusto y machista como lo es el de la música.
¿Y qué es lo que pasa en México?
De acuerdo a la misma base de datos recabada por Ruidosa Fest, festivales con convocatorias espectaculares como Pa’l Norte en Monterrey, el legendario Vive Latino en CDMX, o el festival en la costa, Trópico, son las celebraciones musicales que menos participación femenina tienen en su cartel. Y al parecer eso es algo que a los organizadores poco les importa, pues de 2017 a 2018 son los mismos festivales los que se han quedado estacionados en la deshonrosa lista negra de Ruidosa.
Por otra parte, en el extremo opuesto de festivales mexicanos tenemos a Nrmal, iniciativa dirigida por Mónica Saldaña quien con la ayuda de figuras claves como Claudia Sandoval han logrado refrendar por dos años consecutivos su compromiso con la creación de espacios incluyentes y con perspectiva de género siendo uno de los festivales más equitativos en toda Latinoamérica.
Mención aparte se merece la organización de Festival Ceremonia, quien pasó de estar en los 5 festivales con menos participación de mujeres en el 2016 a ocupar el número uno en cuanto equidad de género en 2018.