Texto: Daniel Patlán (@folkmetender)

El sonido del cuerpo siendo golpeado por el auto. Los papeles que vuelan por los aires en la avenida. El vaso de moka que derrama su contenido. La sorpresa de todos los testigos. Todo en cámara lenta y sin pausa. Esa es la primera imagen que viene a la mente cuando suena “Transit Transit”, pieza con la que abre la segunda producción de larga duración de Autolux, trío de noisepop originario de la ciudad de Los Angeles titulada al igual que la primera canción: Transit Transit (TBD, 2010)

Con el track número dos, “Census”, la imagen mental cambia. La cámara lenta ha quedado atrás para dar lugar a una escena previa al accidente. Un auto a una velocidad promedio en una avenida poco transitada. El color del auto es rojo y su conductor viste una playera negra con jeans negros. Por las bocinas del vehículo se escucha a Sonic Youth (influencia directa en esta canción). Con “Highchair” el tempo y la situación vuelven a cambiar. Ahora nos remonta a la noche anterior a todo lo que hemos visto. Un paseo por los bares de la ciudad nunca sobra. Se nota que Carla Azar (batería y voz), Greg Edwards (guitarra y voz) y Eugene Goreshter (bajo y voz) tienen un gusto especial por el downtempo. El tiempo vuelve a dar un salto y ahora nos encontramos en la misma escena del auto a velocidad promedio. Sigue sonando Sonic Youth, The Jesus and Mary Chain e incluso Black Rebel Motorcycle Club. Con “Supertoys” nuestro conductor cambia su pose de James Dean moderno por la de un Marlon Brando clásico. Es maravillosa la forma en que mezclan sus voces los tres miembros de Autolux ya que es justo ahí -en las voces- donde encontramos el hilo conductor que trae paz y tranquilidad.

“Spots” regresa la cinta a la escena inicial. La cámara lenta se apodera de nuevo de la pantalla. Ahora hay ciertos rasgos que indican que el accidente no fue casualidad sino causalidad. El autor intelectual sin embargo no es el conductor sino el transeunte, aquel que llevaba el portafolio bajo el brazo izquierdo lleno de documentos y la mano derecha ocupada con un vaso grande de moka. “The Bouncing Wall” acelera el curso de la historia para mostrarnos lo que hubiera podido pasar con el descuidado peatón que caminaba con prisa sobre la avenida de no haberse muerto. Suena a esperanza y felicidad, a piña colada -sin el cliché de la playa- en la sala de juntas después de haber firmado el contrato millonario. Suena a que después de morir nos esperan buenas noticias. “Audience No. 2” nos muestra otra realidad. La realidad del conductor que ha cometido el homicidio. Nos muestra la cara de la condena y de la vergüenza, no sin antes continuar el paseo en automovil a lo largo y ancho de la gran ciudad. El track más sombrío y directo de esta placa autoproducida por los angelinos. Los beats krautianos hipnotizan al escucha y lo trasladan a la sala de juicio, del juicio final, la cual va desapareciendo lentamente en fade-out.

Esos beats krautianos continuan su trance sobre el escucha con “Kissproof”. El sol está en su punto más alto en el cielo. Nadie dice nada porque nadie vio nada. El accidente pasó a la historia. Un gran número de influencias se conjugaron para lograr esta canción. Suena a Autolux y a nada más. “Headless Sky” retoma las vocales angelicales que nos han mostrado en este álbum y las adereza con un riff de guitarra básico pero ingenioso y concreto. Empieza a sonar a despedida. La primera escena se hace presente. El cuerpo cae lentamente al pavimento que hacía unos segundos lo había visto caminar. “The Science Of Imaginary Solutions” recupera la melancolía de aquella escena en la que el desafortunado peatón ha caido al suelo. Su cuerpo yace tirado e inmediatamente cuando toca el piso muere. De la mano de Carla Aznar y su melódica voz, todos los recuerdo llegan a la mente del muerto. Su niñez, adolescencia, juventud y edad adulta, todos se unen y transitan en un mar de historias entrelazadas que dan vida a Transit Transit, un álbum candidato a llevar la presea como disco del año.

Mejor canción: “The Science of Imaginary Solutions”

Este tema engloba a la perfección lo que ofrece Autolux con su álbum Transit Transit, canciones con estructuras épicas, sonidos envolventes y desgarradores con vocales melancólicas llenas de esperanza. A eso suena esta placa, a la música que probablemente escuchemos cuando hayamos muerto, a descansar en paz.