Por: Felipe Corrales.

Fotos: Marisol Martínez.

Las Caballerizas en el municipio de Huixquilucan fue testigo de una edición más de Hipnosis 2019, festival curado especialmente para los amantes de la psicodelia, el rock &roll y sus sutiles variantes.

Esta vez, el cartel fue encabezado por la primera visita a México de The Claypool Lennon Delirium’, el proyecto de Sean Lennon y el bajista Lay Claypool. El lado stoner del festival se hizo presente con la adición -de último momento- de Fumanchu para nutrir el espacio que dejó vacío la cancelación de Electric Wizard. Otro acto imperdible de la noche fue el avant pop cortesía de Stereolab, quienes mezclan a la perfección jazz, bosanova, krautrock entre otros géneros más.

Esta es nuestra crónica visual de Hipnosis 2019 👁

Tajak es una de nuestras grandes apuestas nacionales, un sonido estridente que se mezcla en una capa que va de menor a mayor volumen. A pesar de tener uno de los horarios iniciales y la lluvia en su contra, la gente aplaudió la ejecución de la banda.

The Holydrug Couple es mágico y envolvente, Ives Sepúlveda es el creador de grandes tracks que se van uniendo uno con otro para crear una masa llena de psicodelia. Los chilenos saben transformar sonidos y vibraciones en una experiencia sensorial.

El setlist fue una variación de emociones, los sonidos se transmitieron a través de un espectro musical acompañado por los excelentes visuales de Bob Mustachio.

Crumb quizá fue el set más suave de los actos a presentarse; toques de dream-pop fueron la clave de su presentación en donde se respiró una atmósfera perfecta para prender un porro, relajar el cuerpo y dejarse llevar.
Ninna’, ‘Cracking’, ‘Plants’ y ‘Bones’ fueron algunas de las canciones en sonar dentro de su setlist. Ante este tipo de ritmos más suaves, la variaciones de su interpretación llegó a causar espasmos de introspección entre sus escuchas.

Kikagaku Moyo actuó en el ocaso del día, una sinergía entre la espiritualidad asiática y la forma psicodélica occidental, los japoneses exploran en el jamming una forma sólida de conectar con sus escuchas creando una hipnosis total.
Con la actuación de los asiáticos era visible notar los primeros síntomas de los alucinógenos, las miradas de los espectadores se fijaban concretamente en los visuales movedizos hechos por The Mustachio Light Show.


Mild High Club vino a cambiar la adrenalina que había dejado Uncle Acid. Este set relajó las emociones y nos mostró matices multicolor en todo momento, siendo el acto más chill del festival.
El ‘Skiptracing’ explotó y versionó cada uno de sus mejores tracks, una forma muy distinta a lo que conocemos de Mild High Club, una sorpresa fenomenal ante las últimas gotas de lluvia de la noche.

The Claypool Lennon Delirium fue magia pura, no hay más, un espacio musical entre la dualidad de sus participantes. Sean Lennon y Les Claypool supieron llevarnos un gran show de rock con canciones de Pink Floyd, The Beatles y King Crimson.

Stereolab fue emotivo, elegante y perfecto. No había momento para quejas, pues aquello que se esperó por mucho tiempo finalmente estaba sucediendo. Canciones como ‘French Disko’, ‘Ping Pong’ y ‘Miss Modular’ nos condujeron a través de un viaje a los noventas, guiados por la firme y sofisticada voz de Lætitia Sadier.

Fu Manchu rasgó los últimos empujes de energía que se tenían. Distorsiones atmosféricas en un volumen enérgico y poderoso, el venue se transformó en un moshpit lleno de lodo y sudor. Un cierre que nos dejó mirando luces epilépticas, al borde del colapso.