Se nota que estudiaste en clases demasiado grandes, estás acostumbrado a ser uno más del montón y te cuesta trabajo el contacto directo con varias personas a la vez. Así es, en tu salón habían como 50 personas, los espacios eran grandes y siempre te sentabas hasta atrás del salón. Estas señales te lo dirán todo.
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Señas que demuestran que estudiaste en salones de clase demasiado grandes
1. Odias los grupos reducidos de lo que sea. De cursos, de convivios hasta cuando vas a tu clase de natación. Chance no los detestas, pero te sientes raro.
2. Amas trabajar en lugares con mucha gente. Porque así puedes camuflajearte entre todos. Pequeño camaleón…
3. Eres feliz cuando nadie se conoce en el trabajo. Porque es más fácil que haya un mejor ambiente que en uno donde todos saben la vida de los demás.
4. Sientes que si vas al baño ya te van a criticar. Que van a evaluar tu productividad con el número de veces que debes visitar el “tocador”.
5. Piensas que todos están pendientes de tu hora de llegada y salida. Crees que llevan una lista de cuántas veces has llegado tarde o te vas un minuto antes de la hora de salida.
6. Sufres de estrés constante cuando te sientas cerca de tu jefe. Sus ojos te atraviesan como dagas, peor cuando te llama, ya que aseguras que te desmayarás.
7. No sabes si es ofensivo o no, evitar comer con otras personas del trabajo. ¿Se sentirán si no las invito a comer juntos? Esas dudas te causan nerviosismo.
8. En un autobús vacío insistes en sentarte hasta atrás. Aunque haya espacios hasta adelante, tú estás casado con los último asientos.
9. Te saca de onda que te pregunten si estás bien cuando faltas. Esto antes nadie te lo preguntaba, ahora casi todos tus compañeros de trabajo/curso/clase te mandan un mensaje para enterarse de tu bienestar.
10. Descubriste tus verdaderas habilidades. Como antes te sentías uno más del montón, te has dado cuenta que eres bueno en lo que haces y eso te ha subido el autoestima. Así es, eres importante.