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Si no tienes hermanos y creciste en una familia pequeña, seguramente entiendes lo que todos los hijos únicos sufrimos y disfrutamos. Entre regalos, regaños y compañía, ser hijo único tiene sus pros y sus contras y en esta lista te lo comprobamos:

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Estas son las cosas que sólo los hijos únicos entienden:

1. Tener que darle personalidades a nuestros peluches porque no teníamos con quien jugar.

2. No nos gusta el conflicto porque no estábamos acostumbrados a pelear con nuestros hermanos todo el tiempo así que somos bastante pacifistas.

3. Había veces que era raro estar solo, pero aprendimos a pasarla increíble así y ahora no tenemos problema con nuestra propia compañía.

4. En Navidad, sabías que TODOS los regalos eran para ti y era de lo más emocionante.

5. Siempre eras el mediador cuando tus papás peleaban y eso te ha vuelto un gran conciliador.

6. Eras el consentido de tus abuelos y por lo mismo ir a su casa era increíble porque eras el centro de atención.

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7. Si hacías algo mal, nunca había a quién echarle la culpa (a menos que tuvieras perro) así que recibiste cada uno de los regaños que te merecías.

8. Las veces que le pediste un hermanito/a a tus papás de Navidad o de cumpleaños son incontables.

9. Tuvimos que aprender a hacer cosas por nuestra cuenta desde muy chicos y eso nos hizo más autosuficientes.

10. Ir a casa de tus amigos que tenían muchos hermanos era divertidísimo y al final te ponías un poco triste de tener que regresarte a estar solo.

11. Hacías muchísimas actividades como leer, escribir, arte, clases, campamentos…

12. Tus juegos siempre estuvieron llenos de imaginación y creaste mundos increíbles.

13. Tendemos a ser más cercanos a nuestros amigos porque son lo más cercano que tenemos a un hermano.

14. La gente cree que somos consentidos y egocéntricos pero en realidad sólo estamos acostumbrados a hacer las cosas a nuestra manera.

15. Tuviste uno o más amigos imaginarios (o hermanos imaginarios).

16. Los programas de televisión de familias gigantes siempre te dieron un poco de envidia.

17. Sin embargo, crecer solo te enseño mucho sobre ti mismo y sobre la vida y ¡no lo cambiarías por nada!