Seguramente has escuchado la serie 13 Reasons Why, una de las producciones originales de Netflix más aclamadas de los últimos tiempos debido a que toca uno de los temas más importantes de la vida en la escuela: Bullying.

Es más que evidente que sigues la serie, de otra forma quizás no estarías leyendo esto, pero para evitar cualquier tipo de confusión daremos una breve intro de la serie y quién es Hannah Baker.

13 Reasons Why comienza con un adolescente en la primera escena llamado Clay Jensen que tras un día extraño en la escuela regresa a casa para descubrir un paquete misterioso con su nombre. El paquete contiene 13 cassettes grabados por Hannah Baker, una chica que apenas acababa de suicidarse y de la que había estado enamorado. En cada cassette Clay encontrará los motivos por los que Hannah se quita la vida y querrá averiguar si gracias a él también tomó esta decisión.

Una vez dicho esto, prosigamos a dar las razones por las que dejar las cintas fue lo mejor que pudo hacer Hannah.

1. Dejar en claro que el bullying es algo serio. Muchas veces, tanto en series como en la vida real, las productoras y hasta padres de familia suelen minimizar el bullying y es hasta que pasa algo malo que pueden percatarse de la gravedad del asunto.

2. ¡Malditas redes sociales! El propósito de las redes sociales es acercarnos más a otras personas y poder compartir gustos e intereses, pero cuando se emplea de la manera incorrecta puede dañar a las personas, como el caso de Hannah en el que se creó una historia que jamás sucedió.

3. Los amigos no son para siempre. Lamentablemente en quién más confías es la misma persona que te puede apuñalar por la espalda y hacerle creer al mundo que la culpa siempre la has tenido tú a pesar de que sea todo lo contrario.

4. Ser nuevo en una escuela es más difícil de lo que parece. En esta serie se deja más que claro que no todos los chicos que entran a la escuela son automáticamente cool por venir de otro estado sino que la vida puede ser extremadamente difícil en un lugar que no conoces.

5. Hablar con tus padres es sumamente importante. A lo largo de la serie podemos ver como Hannah está profundamente herida pero por pena o miedo a decirle a sus padres que está sufriendo de bullying no lo hace y la situación acaba mal.

6. La adolescencia apesta. Indudablemente la adolescencia es una de las etapas más difíciles de la vida en la que estás descubriendo que te gusta o qué es lo que odias. Desgraciadamente siempre habrá alguien que hará que odies las cosas que antes amabas.

7. Aunque no creas, siempre hay alguien para ti. Este es el caso de Clay Jensen, qué, aunque no todo resultó como lo planeado, Clay siempre estuvo con Hannah, nunca la juzgó y siempre quiso darle lo mejor.

8. El acoso es una de las peores cosas del ser humano. Ok, ser fotógrafo de la escuela debe ser algo divertido, ¿a quién no le gusta ver los anuarios a fin de año? Sin embargo, el personaje de Tyler siempre estaba con la cámara en la mano y siendo una de las personas más raras de la serie. Un acosador pasando por los pasillos de la escuela como si nada es bastante aterrador. Acosar a Hannah hasta cuando dormía es simplemente de miedo.

9. ¿Drogas y alcohol? La peor combinación. No pretendemos sonar como el tío regañón, pero entrarle duro a todo tipo de sustancias en la adolescencia puede afectar tu desarrollo físico y mental. Si bien Justin Foley no tenía una de las mejores familias, el estar inmerso en estas sustancias lo termina por convertir en un adicto.

10. Todos necesitan un golpe de realidad. La gente que hizo imposible la vida de Hannah creyó que se le iba a pasar con el tiempo, que era cosa de superarse y amarse, pero no. Hannah tuvo que pasar por todo tipo de cosas desagradables que fue lo que la llevaron al suicidio. Es más que claro que por culpa de unos cuantos ella termina por quitarse la vida.