No lo puedes evitar, eres un procrastinador y jamás te puedes concentrar en terminar algo. Tus tareas, tus trabajos, siempre terminan quedándose en el olvido, porque preferiste ver videos de gatos o te perdiste en Facebook otra vez. Así es esto con alguien procrastinador como tú y éstas son las señales que lo demuestran.
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Señales de que eres un perfecto procrastinador
1. Haces miles de promesas que no cumples. Lo peor es que, como buen, procrastinador, dichas promesas te las haces a ti mismo y ni así, logras llevarlas a cabo.
2. Dejas todo al final. Nadie como tú para dejar todo a última hora, siempre te arrepientes de haberlo hecho, pero ni modo, nunca cambiarás.
3. Tu lugar de trabajo es un relajo. No sólo eso, tu habitación y todos tus espacios están de cabeza.
4. Eres muy nervioso. Sufres de ansiedad, porque siempre tienes algo que hacer y lo tienes en la mente, aunque no lo hagas.
5. Internet te puede llegar a lugares inimaginables. Terminarás leyendo la historia de cómo se inventaron los cacahuates japoneses o la vida del presidente de Burundi. Sí, así te puedes llegar a perder en la web.
6. Te la vives en mood soñador. Eres súper idealista y te imaginas las millones de cosas que puedes hacer y quisieras lograr… pero no te pones a hacer algo.
7. Sufres de antojo por comida al iniciar tus tareas. Te da hambre justo antes de comenzar una actividad y obvio debes hacerle caso al antojo y estómago.
8. Amas dormir para lo que sea. Siestas, fines de semana, trabajo. El sueño es algo al que nunca le fallas.
9. Sueles ser impuntual. Porque te pones a procrastinar, no llegas a la hora acordada.
10. Te aburres demasiado rápido. No puedes evitarlo, pero casi cualquier cosas que hagas, te aburre en cuestión de tiempo, sean minutos u horas, las dejas de hacer.
11. Amas los jueguitos de la compu. Ni siquiera esos de Facebook medio horribles, más bien esos que te causan adicción como el T-Rex de google de cuando no hay conexión con el que puedes jugar una especie de Mario Bros.
12. Le das prioridad a cosas no tan importantes. Piensas que es más importante escribirle una carta a tu mejor amigo, que terminar el proyecto de mañana.