Ir a la escuela podía ser el mismísimo infierno en vida, todo dependiendo del tipo de estudiante que eras. Algunos tenían la habilidad de ser extremadamente buenos para el estudio, cosa que era envidia de cientos de alumnos.
Aunque hace tiempo no había una conexión rápida a internet o lugares que nos facilitaran nuestro paso por el colegio, muchos estudiantes decidieron pasar parte de su vida aprendiendo y acá abajo encontrarás algunas de las cosas que sólo los que fueron “cerebritos” en la escuela entenderán.
Siempre te pedían la tarea
Era increíble la cantidad de personas que te pedían la tarea. Realmente tus compañeros nunca se esforzaban tanto como tú y vaya que era molesto, pues siempre tenías que pasar la tarea.
De pronto tenías un montón de amigos
“Aaaaaaaay, oye, que padre peinado… Estemmm… ¿Me prestas tus apuntes?” Con el paso del tiempo aprendiste a rechazar a tus compañeros flojos.
Te preguntaban que venía en el examen
“¿Qué viene en el examen?” “¿Está difícil?” “¿Cuál es la respuesta de la 7?” Siempre te preguntabas porque no estudiaban tus compañeros.
Tus compañeros te pagaban por hacerles la tarea
Aunque esto no siempre fue del todo malo, pues tenías dinero extra para comprar algo de la tiendita; lo que sí es que era cansado tener que cambiar ensayos, prácticas y demás para que los profesores no te cacharan ni te reprobaran.
Odiabas no tener la suerte del irresponsable
Si, esa maldita suerte de no estudiar, no entrar a clases, no entregar tareas y aún así pasar las materias más difíciles. Oh como los odiabas…
Ya ni te premiaban por tener buenas calificaciones
“¿Qué querías? La escuela es la única responsabilidad que tienes por ahora” Como deseabas tener la suerte de los irresponsables para que te premiaran incluso cuando llegabas a sacar 6.
Te ponías a llorar si sacabas abajo de 8
¿Y cómo no? Pues siempre estuviste acostumbrado a ser el más sobresaliente de la clase, y en el momento en el que sacabas menos de lo esperado, llorabas.
Los profesores llegaban a odiarte
Es completamente normal ser curioso, pero a veces no te medías y preguntabas cosas tan obvias que llegabas a molestar a los profesores. Es más, cada que levantabas la mano para participar ni te tomaban en cuenta.
“¿No va a pedir la tarea?”
Y es que te esforzabas tanto en hacer la tarea todas las tardes, que te nacía del corazón preguntarle al profesor si no la iba a recoger. Obviamente te ganabas el odio de todos tus compañeros.
Te iba bien en la escuela pero no te invitaban a fiestas
Quizás esta era la parte más triste de ser un “cerebrito”. Te esforzabas tanto en estudiar y sacar buenas notas, que pocas veces socializabas, cosa que siempre te mantuvo alejado de la “popularidad”.