A veces los actos más discretos son los que más valen la pena en un festival y Phosphorescent podría encajar perfecto en esa situación. El año pasado el grupo nos enamoró con su disco Muchacho, una colección de canciones melancólicas, profundas que evocan muchos sentimientos. Esta tarde en el segundo día de Lollapalooza 2014, Phosphorescent se quedó con un poco de nuestro corazón, una presentación entrañable de una banda con un futuro enorme. Esperamos cruzar caminos con ellos lo más pronto posible.

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