Esta es la historia de “Tomas” (su nombre real no fue publicado por los medios rusos por temas de seguridad), un chico de 13 años nacido en Ucrania, llegó a vivir a Moscú a casa de su tía hace algunos meses.
El mismo mes, fue acusado de robar un celular, y puesto a disposición de las autoridades. Su defensa y la familia del acusado argumentaron que no se le podía considerar “responsable legal de sus actos”, ya que solamente tenia 12 años cuando cometió el crimen, y por lo tanto, solicitaron que se le dejara libre.
¿Por qué? Porque la edad para encarcelar a una persona en Rusia es de 16 años. Pero para la mala fortuna de “Tomas”, los médicos decidieron aplicarle una prueba médica, y concluyeron que sus dientes y sus genitales eran propios de una persona de 16 a 17 años. Y por lo tanto, fue a dar al bote :
¿Será que esto cambie para siempre el deseo adolescente de calzar grande?
¿O es solamente un absurdo propio de la torcida vida cotidiana de Rusia?
Miembros vemos, ladrones no sabemos.
Vía The Moscow Times.