Texto: Marisol Martínez
México no necesita alerta de violencia de género: SEGOB.
Los rayos del sol apenas comenzaban a asomarse durante la primera mañana del 2019 y amanecíamos con la noticia del feminicidio de Camila, una niña de 9 años de edad que fue violada y asesinada por un individuo que recién había llegado a la colonia Poder Popular en Valle de Chalco, lugar donde vivía con su familia. El cuerpo fue encontrado a escasos metros de su domicilio, con visibles huellas de violencia. A Camila la estrangularon hasta la muerte y se convirtió en la primera estadística del año en un México que odia a sus mujeres, que las deja sin rostro, sin nombre y las convierte en una cifra más.
Han transcurrido tan sólo 29 días de este nuevo año y se tienen documentados 28 feminicidios, pero de acuerdo a cifras extraoficiales, el número de mujeres asesinadas en territorio nacional supera las 110 víctimas. 110 mujeres asesinadas, en menos de un mes.
Información proporcionada por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) asegura que 18 de las 32 entidades federativas (es decir, el 56% de territorio nacional) se encuentra bajo alerta de violencia de género (AVG) siendo Veracruz, Guerrero, Jalisco, Morelos y Estado de México los de mayor preocupación.
A pesar de todos los casos de violencia en contra de niñas y mujeres que se destapan diariamente en el país, la Secretaria de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (CONAVIM) ha negado tajantemente que más de la mitad del país se encuentra sumido en una alerta de género permanente. Estado de México y CDMX son las únicas entidades que por el momento se encuentran a la espera de la resolución de AVG, mientras que a estados como Puebla y Tlaxcala -cuyos índices de feminicidios se han disparado-, se les ha negado la alerta.
Historias de terror.
Hace dos años atrás que de manera casi inconsciente deje de utilizar Spotify mientras voy caminando por la calle. El problema que inicialmente se había sucitado por la incompetencia de un banco terminó jugando a mi favor dado los altísimos índices de feminicidios que se han disparado sin ninguna mesura en el país. Ahora, por necesidad, ya no puedo escuchar música mientras recorro la ciudad. Necesito ir lo más atenta posible, en un estado de alerta permanente ante cualquier mirada que me parezca extraña, ante la interacción con algún extraño. Yo ya no doy la hora, ni resuelvo los cuestionamientos de alguien que se encuentra perdido por la gran ciudad, sé que mi regreso a casa podría depender de ello. La impunidad con la que se gobierna este país me ha hecho perder hasta la amabilidad, esa de la cual antes tanto me jactaba.
Desde el último trimestre del 2018 se han incrementado los testimonios -vía redes sociales- de mujeres que aseguran haber sido víctimas de intento de secuestro, principalmente, en la inmediaciones del Sistema De Transporte Colectivo Metro en las estaciones Mixcoac, Coyoacán, Tacubaya, Chabacano, Barranca del Muerto y otras más al norte de la ciudad, donde el Estado de México y la CDMX pierden sus fronteras. Ahí, donde la delincuencia opera con total impunidad, a plena luz del día, ante la mirada indiferente de los 5.5 millones de usuarios que el metro transporta diariamente.
“Justo detrás de las escaleras me detengo a hacer mis cosas y fue cuando sentí a dos personas, cuando me levanté, vi a otros dos a lado mío, uno de ellos era mujer, se empezaron a cerrar, me hicieron bolita y uno le dijo al otro ‘mira ‘por esta creo sí nos dan un 20’, y dijeron ‘cámara llévatela'” narra una víctima que fue interceptada por al menos 6 individuos en el transborde de Metro Chabacano perteneciente a la línea 2.
Ante el brote sin precedentes de esta nueva modalidad de secuestros, el interés y participación de personas como Zoé Láscari se torna imprescindible. Zoé ha iniciado la primera base de datos que contabiliza el número de intentos de secuestro en la CDMX dentro o cerca de instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Toda la información recabada ha sido tomada de testimonios vertidos en redes sociales, pues de acuerdo a información proporcionada por el Metro de la CDMX, no existe ninguna denuncia formal por el delito de secuestro dentro de las instalaciones del sistema de movilidad capitalino.
“Ya cálmate mi amor”- Una nueva puerta que conduce al infierno.
“Fui a perder el tiempo al Centro Comercial Santa Fe en lo que daba la hora de entrada a mi trabajo. Entré a una tienda de ropa, elegí un par de pantalones, me los medí y todo pintaba normal. A la salida de la tienda un hombre alto, quizá de 1.85 metros, vestido de traje, unos 40 años, me tomó del brazo y con la naturalidad del mundo comenzó a decirme que debí comprar el pantalón. Obviamente, como no lo conocía me intenté safar a lo que él comenzó a jalonearme del brazo más fuerte respondiendo extrañado ¿qué tienes?, ¿estás enojada?, ¿que pasó?”
Frente a la inaudita indiferencia de las personas que le rodeaban, Diana comenzó a forcejear con su secuestrador. A punto de que el sujeto lograra sacarla del centro comercial -donde ya la esperaba un vehículo- una dupla de jóvenes intercedieron para salvarla. Frustraron el delito.
“La indiferencia de la gente ante una situación así es totalmente alarmante, era un lugar público y una hora concurrida. Por suerte, dos almas me ayudaron a salir de la situación, pero les quise contar esto para que tengan cuidado, no se dejen, levanten la voz”, concluyó la víctima.
Testimonios de esta índole se han disparado en la capital del país, principalmente, en las alcaldías Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Iztapalapa, Coyoacán y Gustavo A.Madero.
“Yo espero que podamos reducir la violencia y en particular los homicidios, que son muchos; me preocupa que tengamos hasta 80 homicidios diarios, duele mucho” aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando se le cuestionó sobre el feminicidio perpetrado en contra de Giselle Garrido, una niña de 11 años de edad que desapareció en Chimalhuacán, y cuyo cuerpo fue encontrado en el municipio de Ixtapaluca el pasado 27 de enero. Giselle soñaba con ser futbolista profesional, pero ya no.
“Duele mucho” dicen acongojadas las altas esferas de la política mexicana, las mismas que permitieron que durante el año anterior 1912 mujeres y niñas fueran asesinadas con total impunidad, y cuyos expedientes se apilan y empolvan en distintas dependencias gubernamentales.
“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”- Minerva Mirabal.