Texto: Christian Rojas (@christianxrojas)
Tal vez, antes de comenzar a producir The Whole Love, Jeff Tweedy necesitaba sacudir la inquietud por deshilar el cable que une cada disco de Wilco a lo largo de más de 15 años. Y es cierto, la travesía a la que nos invita la banda con su octavo disco es más atrevida, con una introducción de textura experimental que nos remite a los ténues beats del nuevo Radiohead y un dominio puro de rock clásico, alegórico pero opacado por letras notablemente oscuras llenas de líneas que, aún siendo metáforas, su interpretación literal puede rozar la realidad. En esencia, The Whole Love no deja de ser el Wilco que todos reconocemos mas no es un estancamiento de su música. Recorre géneros, épocas, décadas, contiene influencias claras y una identidad definida como su columna vertebral, afortunadamente.
“Art Of Almost” (el tema abridor que se distingue por su base experimental) se apoya de “One Sunday Morning (Song for Jane Smiley’s Boyfriend)” (canción final de 12 minutos de puro folk que dista mucho de progresar pero tiene una base amigable) para resguardar 10 cortes más, todos llenos de sabiduría y exquisitez musical de la cual cualquier músico debería aprender para construir historias en canciones sin necesitar de mangas producciones.
Por supuesto, la calidad sonora del álbum es impecable. El folk a la Bob Dylan se conjuga con el rock clásico y psicodélico de los 60’s y 70’s y en ocasiones, un poco de country llega como la cereza que engalana el pastel que, lejos de ser esto, The Whole Love no deja de ser un disco melancólico que no (precisamente) celebra el amor. En su lugar, Jeff Tweedy y compañía celebran su casi próxima llegada a los 50 años de edad con música contemporánea para jóvenes en busca de melodías sencillas, sensibles y nostálgicamente contagiosas. Este, más que ser un gran logro para Wilco, significa una movida en el ajedrez de la música para mantenerse estables como un referente del rock moderno.