Texto: Daniel Patlán (@folkmetender)

Las redes sociales son una arma de doble filo: si bien es cierto que dan a conocer proyectos interesantes, música nueva y artistas emergentes, también ayuda a “inflar” demasiado a los artistas (lo que comunmente se le llama hype). En este caso el hype le pegó duro al EP en el que colaboran la excentrica islandesa Björk y el grupo Dirty Projectors.

Lo poco (o mucho) que sabíamos acerca de esta producción era que la idea surgió de una presentación que tuvieron juntos el año pasado Björk y Dirty Projectors, en la cual tocaron las canciones de Mount Wittenberg Orca, mismas que fueron compuestas por David Longstreth, frontman de Dirty Projectors, inspiradas en el Monte Wittenberg en California y las orcas que ahí vio. Hasta ahí todo iba muy bien.

El EP comienza con un track introductorio llamado “Ocean”, el cual bien podría ser la sesión de vocalización de las cantantes, sin embargo no pasa de ahí. “On and Ever Onward” continua con ese sonido de vocalización (muy al estilo de algunas piezas del disco Medulla de Björk) sólo que ahora sí canta la islandesa. Una canción corta y sin mucho chiste, muy plana. “When the World Comes to an End” por fin nos muestra el lado brillante de la moneda. Una canción mucho más armada y mejor compuesta que las anteriores. Hay guitarras, coros de mujeres (muy al estilo Múm) y percusiones. En este track no canta Björk.

“Beautiful Mother” nos recuerda de nuevo al sonido islandés de grupos como Múm y la misma Björk. Muchos juegos vocales acompañados con un beat de percusión. Voces femeninas sumamente delicadas y finas que logran dar ese toque cálido que nos remite al bosque y no a la nieve. Por fin, está pasando algo. “Sharing Orb” es más de lo mismo, coros femeninos y un poco de percusión. En esta canción, Björk demuestra por qué ha logrado tanto en su carrera. Este track es muy parecido al anterior, con la única (pero enorme) diferencia de que este sí tiene personalidad propia. Pareciera que el disco va de menos a más. La pieza mejor lograda hasta ahora sin duda es “Sharing Orb”.

“No Embrace” sigue siendo más de lo mismo pero, para estas instancias ya no sorprende y lejos de eso, aburre. La fórmula es muy sencilla: coros femeninos más percusiones, tambores y platillos más una voz que “guíe” todo lo anterior y listo.  “All We Are” es el tema con el que termina este EP y sí, tiene la misma fórmula que las demás canciones pero logra lo que no logran todas las anteriores: saca una sonrisa en el rostro. Por fin suenan las voces de Björk y David Longstreth juntas, si todo el disco hubiera sido así, estariamos hablando de un gran EP, sin embargo, el hubiera no existe. La canción mejor estructurada, mejor compuesta y menos experimental en el sentido en que ahora no suena como si estuvieran jugando a ” a ver qué sale”.

Si tuviera que escoger me quedaba sólo con esta pieza y con “Sharing Orb”, los demás tracks son claramente de relleno. Como bien dijimos arriba, el proyecto “en papel” sonaba increíble, sin embargo, en la práctica dista mucho de serlo. Es un EP flojo, carente de propuesta y muy pretencioso. Desgraciadamente el hype nos falló.

Mejor canción: “All We Are”

Es la única pieza en la que comparten créditos en la voz Björk y David Longstreth (vocalista de Dirty Projectors), el el track más largo y mejor compuesto, con más idea de hacia dónde querían ir. Sin problemas podría pasar por single de la nueva producción de estudio de la islandesa.