Texto: Daniel Patlán (@folkmetender)
Discos de covers hay demasiados en el mercado, discos que rindan tributo a sus versiones originales, muy pocos. Antes de profundizar en la reseña hay que explicar la diferencia entre covers y tributos. Los covers son nuevas versiones de canciones previamente grabadas por un artista y los tributos son lo mismo pero con una gran diferencia, reinterpretan la canción como si fuera propia, dándole un giro a su estilo, no quedandose en simples reversiones, se convierten en reinterpretaciones que rinden tributo a la pieza original. Es en este último apartado es donde encontramos a los seis tracks de Radiohead que Amanda Palmer hace suyos, reintepretándolos llenos de sentimiento y emoción.
Tributos a Radiohead ha habido cantidades, siendo el Radiodread (Easy Star, 2006) y el Rockaby Baby! Lullaby Renditions to Radiohead (Rockaby Baby Music, 2006) -música de cuna para bebés- los más interesantes, sin embargo, ninguno de los dos antes mencionados tiene el grado de sentimentalismo que tienen los tracks que Amanda Palmer interpreta con su mágico ukulele en su EP Amanda Palmer Performs The Popular Hits of Radiohead on Her Magical Ukulele (Amanda Palmer Music, 2010). Pocas veces un artista logra compenetrarse con una canción a tal grado que su interpretación llene de emoción al público, Amanda Palmer lo logró con seis canciones que no son suyas y es por eso que el mérito de su interpretación es enorme.
Ni el mismo Thom Yorke había logrado transmitir tanta angustia, desesperación, nostalgia y melancolía como lo hace ella. “Fake Plastic Trees” inaugura esta ronda de canciones clásicas para toda persona que se diga apasionado de la música de los últimos 10 años. Una versión limpia, sin más instrumentos que un ukulele. Amanda empieza lento pero seguro, sin arriesgar demasiado, en cuanto a la voz y a los arreglos, sin modificar la versión original. “High and Dry” continua este tributo, ahora se apoya en un piano para lograr los bajos creados por Colin Greenwood. La voz de Amanda empieza a tomar su papel protagónico. “No Surprises” ataca por su sinceridad y honestidad. Esta versión es -por describirla de algún modo- una versión desnuda de la original. Escuchar las notas principales de la mano de un ukulele acompañadas con la melancólica voz de Amanda Palmer le ponen la piel de gallina hasta al más esceptico.
Aquí es donde da un twist este mini-álbum de siete canciones. Hacer una versión acústica de “Idioteque” apoyada solamente por un ukulele y un piano era todo un reto y Amanda Palmer bajó impecablemente ese balón. La secuencia del inicio es simulada por un rasgueo frenético del ukulele. El canto paranóico de Yorke es sustituido por una dulce (pero agitada) voz de una mujer con los pantalones muy bien fajados. Un juego de percusiones entran al quite para crear la claustrofóbica atmósfera. En esta pieza el escucha se da cuenta de que no es otro disco de covers sin chiste. El punto cumbre del tributo llega con una versión de “Creep” titulada “Creep (Hungover at Soundcheck in Berlin)”. No hace falta saber mucho inglés para traducir dicho título e inferir que se trata de una versión grabada en vivo en alguna prueba de sonido de la gira en la ciudad de Berlin. La sencillez de esta pieza la hace diez veces más dramática que la hecha por Yorke y sus amigos. La resaca se ha convertido en reclamo para una sociedad que discrimina. Cuando llega el bridge (la parte que dice “She’s running out again, she’s running, she runs, runs, ruuuuuuns!!!”) todo el mundo se colapsa y se rinde ante los pies de esta mujer.
“Exit Music (For a Film)” regresa la calma a las bocinas. Mucho piano y mucha tranquilidad. Un acompañamiento de cuerdas enmarca a la perfección el inminente final. Cual escena final de película de drama, Amanda Palmer decide despedirse con una desgarradora interpretación de esta pieza, seguida por una versión en vivo de “Creep” en Praga. Igual de asombrosa que la otra versión incluida en este EP. Una interpretación de esta magnitud hace que las lagrimas corran al por mayor. Una maravillosa reinterpretación de un clásico de la música contemporanea.
Mejor canción: “Idioteque”
El mayor reto lo representaba esta canción ya que incluye secuencias electrónicas y ritmos difíciles de recrear de manera acústica. La versión original depende mucho de la tecnología y al hacer una versión acústica unicamente con ukulele y piano, resulta muy interesante y satisfactorio escuchar el resultado final de Amanda Palmer y su mágico ukulele.