Durante la mayor parte de mi vida (incluso la adulta) viví sin tener sistema de televisión por cable en mi casa. Mi madre, como toda buena madre soltera, estiraba el gasto lo más que podía, y entre sus prioridades definitivamente no estaba que yo, hija única y ávida de entretenimiento, tuviera acceso a la gloriosa época en donde las mejores caricaturas de la historia tomaron forma: Los noventa.

Todas las tardes, después de llegar de la escuela, tenía que chutarme la programación del Canal 5 que incluía, entre otros tomos, ‘Sandybell’, ‘Heidi’, ‘Súpercampeones’, y ya en una edad un poquito más avanzada, disfrutaba de los títulos asiáticos de novedad que incluían a ‘Pokemon‘ (la primer generación, obvio) y a su primo hermano, ‘Digimon’. 

El único oasis animado que podía encontrar en la incipiente programación de la televisión abierta era lo que me ofrecía Once Niños, un hermoso escaparate que lanzaba joyas de la talla de ‘El Diván de Valentina’ (de niña siempre quise saber en qué colonia grababan los episodios), ‘Mona la Vampira’, ‘Los cuentos de la Calle Broca’ (mi caricatura favorita de Canal 11, sin un pedo), Kipatla, y una amplia selección que creo yo, merece un texto aparte.

Pero regresando a lo verdaderamente importante,

¿Saben quién no iba a permitir que mi tierna infancia se viera afectada por la “avaricia” de mi madre?

Mi abuelita, naturalmente.

En aquella década, mi abuelo tenía poco de haber fallecido, entonces, no había mayor alegría para ella que mi escandaloso y pequeño ser llenara todo el vacío de aquella casa , y para que la cosa ‘amarrará’, un día decidió contratar Cablevisión.

Las puertas del universo se habían abierto ante mi, y no había nada que mi mamá pudiera hacer al respecto.

Cartoon Network vs Nickelodeon.

Me gustaría recalcar que durante toda su trayectoria ambos canales han tenido subidas y bajadas, épocas de gloria y también otras de escasez creativa, pero si ustedes me preguntan quién de ellos era el monarca de las caricaturas a principios de lo noventa, sin un gramo de duda, el round se lo lleva Nickelodeon. 

Para aquel entonces, CN únicamente reproducía clásicos, mientras que Nick me bombardeaba el cerebro todos los días a partir de las 4:00 pm con producciones originales e innovadoras incluyendo nombres de la talla de ‘Los Rugrats’, ‘Ren & Stimpy’, ‘La vida moderna de Rocko’, entre otros.

https://www.youtube.com/watch?v=w1fbDUNf624

Al cabo de unos cuantos años, Cartoon Network decidió no quedarse atrás y fue ahí cuando la verdadera batalla comenzó, pues el canal inició a lanzar contenido original con ‘Las chicas Superpoderosas’, ‘El laboratorio de Dexter’, ‘Coraje el perro cobarde’ (que la neta, se me hacía medio creepy) y ‘Ed, Edd,’ n’ Eddy’, mientras que mi amado Nick continuaba con ‘Hey Arnold’ (una de mis grandes alegrías) y ‘Cat Dog’.

Creo que fue justamente durante este periodo que CN conoció su época dorada, pues a pesar de que no tener tantos programas, los que lanzaba eran de una calidad insuperable, y aunado a ello, los bloques de programación que realizaban eran magistrales.

Era como si un hilo conductor invisible me obligará a quedarme sentada frente al televisor, con todo y mi uniforme puesto.

Llegó el nuevo milenio, y con ello, la rivalidad entre Nick y CN no se puso más fácil, pero en mi corazón siempre ha habido un claro ganador. Déjenme explicarme mejor.

Cartoon Network permanecía a la vanguardia con la creación de nuevos títulos como ‘Las sombrías aventuras de Billy y Mandy’, ‘Mansión Foster para amigos imaginarios’ o ‘Samurai Jack’, y separadamente, continuaban alargando la vida de los clásicos que los habían llevado a la cima de la montaña, sin embargo, un día, de buenas a primeras, apareció en el mapa un tal Stephen Hillenburg, biólogo marino que llevaba cerca de 15 años trabajando en el plot de una caricatura que involucraba los aspectos de la vida en las profundidades del océano, pero llevados a un nuevo nivel.

Fue ahí cuando surgió ‘Bob Esponja’, y me atrevo a decir que es el mejor show que ha nacido en ambos canales, ever.

La narrativa es simple, pero entretenida. Su nivel de comedia es perfecto, creado para que chicos y grandes lo disfruten, y los personajes con sus muy puntuales características se convirtieron rápidamente en entrañables amigos.

¿Qué cuántos capítulos considero memorables?

Muchos, principalmente de las primeras cuatro temporadas.

La orquesta del capítulo de “La Banda de Tontos”, El”Amigo Burbuja” que nadie quería, La ostra chillona de “El Maní de la Discordia“, cuando Bob consideró que el agua era para perdedores en “Tomemos el té“,  el capítulo rompecorazones cuando Gary se perdie en “Han visto a este caracol”, y así podría continuar durante un buen rato.

La maldita adultez.

Los años pasaron, yo crecí, igual que tú, y tristemente vi como la llama y creatividad de’Hey Arnold!’, ‘Rugrats‘, o el mismo “SpongeBob SquarePants’ se apagaba lentamente para darle paso a muchas series enfocadas al público adolescente que gustaba de consumir dramas juveniles del nuevo milenio, y fue así que shows como ‘Drake y Josh’, ‘Manual de supervivencia escolar de Ned’, ‘Supernatural’, ‘ICarly o ‘Zoey 101’ atiborraban las pantallas mexicanas con un agridulce humor gringo, que la verdad, nunca supe digerir.

Bienaventurados sean todos aquellos que igual que yo, fueron invitados a la cena que los titanes del entretenimiento infantil de la década de los noventa nos dieron durante tantos años.