Un fotógrafo tuvo la gran idea de convocar a extraños a su estudio, pedirles que se desnudaran y  prometerles una de las sensaciones más fuertes que el cuerpo humano puede experimentar. Así es, les dio toques. Con un taser, aparato para lanzar pequeños (o grandes) voltajes de electricidad, el artista en cuestión: Patrick Hall, torturó a sus “voluntarios” con el único fin de crear una serie de fotografías ingeniosamente llamada: The Taser Photoshoot.

Te recomendamos mucho ver el video y disfrutar del dolor de estos pobres desconocidos, y si quieres saber más sobre el arte de Hall, entra aquí.

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