Después de más de 40 años de dedicar su vida al universo de Star Wars, George Lucas de repente decidió vender a una de las franquicias más exitosas de todos los tiempos al monopólico Mickey Mouse.

Muchos cuestionaron la decisión; otros, hasta la fecha, la rechazan. Pero no importa cuántos hablemos u opinemos de su decisión: George Lucas decidió seguir un camino que muchos consideraron “obscuro“, pero en realidad más “gris” que otra cosa.

Recientemente a través de The Star Wars Archives: 1999-2005, un libro escrito y publicado por el autor, Paul Duncan, una fuerte reflexión proveniente de Lucas es denotada como una de las frases más celebres del libro:

“En 2012 tenía 69 años, una hija, todas las ganas del mundo de verla crecer y la constante pregunta: “¿Quiero hacer esto el resto de mi vida?”

Sí, podía no haber vendido Star Wars y simplemente otorgarle el liderazgo de producción y dirección a otras personas, pero simplemente no pude.

¿Por qué? Porque eso no es un “retiro”. Soy un obsesivo de que los proyectos salgan bien e incluso en producciones en las que me había jurado “hacerme a un lado”, siempre estaba ahí en el set; todos los días, todo el día. Trabajando y supervisando.

Y eso, me tuve que preguntar si lo quería seguir haciendo el resto de mi vida ó quizás, valía la pena dejarle el mando a alguien más y poder disfrutar de lo que tenía: mi familia, mi salud, mis logros y en general, mi vida.

¿Me dolió? Hasta el alma, pero sencillamente era lo correcto. Lo mejor que podía hacer”.

George Lucas

Star Wars se vendió por $4 billones de dólares, y aunque muchos piensen que esto fue por dinero, la realidad es que George Lucas no tenía una sola necesidad de generar un dólar más después de 40 años de haber forjado uno de los universos más fantásticos, futuristas y exitosos de todos los tiempos.

Algunos podrán quejarse, otro podrán aplaudirlo, pero si de algo estamos seguros es que George se mantuvo en el lado gris de la fuerza e hizo lo que tenía que hacer.