Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Texto: @folkmetender

En 2006, una canción me hizo subir el volumen de mi radio y ponerle más atención de la usual. “Sleeping With Robots” era el nombre de aquel tema y Maniquí Lazer era la banda. Gritos desquiziados con una base de sintetizadores, bajos punks y una batería con ritmo bailable. Aquello era punk que podíamos bailar y armar un mosh pit al mismo tiempo. El disco que tenía esta y otras 15 canciones más se llama I Learn Everything On The TV. La primera vez que vi al trío de Mexicali fue en el Centro Cultural España en el DF, y para mí es, hasta la fecha, una de las presentaciones más impresionantes que he visto de una banda joven mexicana.

Siete años después, Maniquí Lazer regresa a nuestras cabezas y bocinas. A pesar de que la banda lanzó su segundo álbum, The Amazing Kingdom of the Animals in the Zoo, en 2008, nunca pudieron darle la promoción que se merecía y entraron en un hiatus indefinido, el cual rompieron el año pasado. El trío se presentó en el Warm Up del Festival Nrmal 2013 que se realizó el Cine Tonalá de la Ciudad de México hace pocos días. Fuimos al soundcheck y platicamos con ellos sobre estos siete años, sus dos discos, lo complicado que es irse de gira en una van en México y la química dentro de la banda.

Jung: En aquel momento (2006) no teníamos ni idea de nada. No nos enfocábamos en pensar qué iba a pasar más adelante; todo era estar tocando, armándonos y tratar de sacar la banda adelante. En aquel año acabábamos de sacar el primer disco, no teníamos ninguna malicia. Era un proyecto nuevo donde lo que queríamos era tocar. Cuando supimos que estaba rolando la canción acá en Reactor fue una vez que vinimos y una amiga, Ariadna (Montañez), nos dijo que ella nos estaba tocando. Se nos hizo muy chido que hasta acá ya estuvieramos sonando y la gente ya nos  conociera.

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Por cuestiones geográficas, Maniquí Lazer estuvo muy relacionado con la escena de Tijuana. Formaron parte de esta efervesencia musical que se ha vivido en la frontera desde hace varios años. Las opiniones sobre la escena musical de Tijuana son vastas. Para Maniquí Lazer tiene que ver directamente con las bandas.

Valentín: Todo depende de con quién te relaciones. Nosotros tenemos amigos en Tijuana y los llevamos a Mexicali a tocar y viceversa. Siempre hubo esa hermandad de las bandas con nosotros. Depende mucho de las bandas, de qué es lo que quieren y qué tanto realmente hacen algo. En eso se basa el punto de vista, si una banda está bien sarra y no tiene tocadas es por que no buscan. Si te pones a buscar, te van a salir oportunidades y vas a crecer, y entonces vas a pensar que la escena está bien porque a tí te va bien.

J: Lo que nos pasó a nosotros, regresando al 2006, fue que no había en Mexicali nada de eso. Allá reinaba el ska y el punk normal, el hardcore tipo Los Crudos. Llegamos nosotros con esto y no cabíamos en ningua escena. Éramos punks pero no tanto. No importando lo que nos decían estuvimos en esa escena y al no caber en ninguna, buscamos en todas y en todas entramos un poquito y eso fue lo que nos sirvió. En Tijuana teníamos shows con Mae Machino e Ibi Ego, que no teníamos nada que ver pero era la gente que no le importaba abrirse.

V: Íbamos por lo mismo, queríamos lo mismo.

Rodo: Es como Late Nite Howl, Pablo empezó con Mae Machino tocando con Maniquí y ahora está haciendo folk bien padre. Están surgiendo bandas con otros integrantes de las bandas con las que tocábamos antes.

J: Nunca nos ha importado hacer shows que no tengan nada que ver, al contrario, es más atractivo para las personas porque no ven cinco bandas del mismo género y no se enfadan, ves un poco de folk, punk, hip hop, algo experimental, de todo.

Siempre he tenido la impresión de que bandas como Descartes a Kant, HKBO, incluso Vicente Gayo y Austin TV, no están hechas para una escena y una industria musical como la mexicana. Con Maniquí Lazer pasa lo mismo, sin embargo, por la cercanía con la frontera han podido tocar en EE.UU. varias veces y vincularse con gente de allá. Esta es su percepción al respecto:

J: Es diferente el tipo de tourear. Tenía una banda con Justin (Pearson), el bajista de The Locust, se llamaba All Leather, era muy fácil agarrar la camioneta e irnos de gira. Obviamente, la ayuda y el soporte de las disqueras es diferente. Nosotros estábamos en el sello de Steve Aoki, Dim Mak. Era más fácil. El apoyo es diferente. El público allá es más abierto.

R: Con Maniquí hemos visto que la gente en México es mucho más entregada que en EE.UU., allá sí van, ven y bailan, pero es más de ver qué onda traes. Acá la gente sí se mete y es más apasionada, nosotros lo apreciamos mucho. Cuando tocamos es un dar y recibir con la gente. Entre más te entregues como músico al publico, recibes más. He visto muchos shows de bandas que me gustan y que sí están tocando muy bien pero no dan ese extra en vivo. Cuando voy a un show espero que la banda se entregué y la gente también. Nosotros ponemos todo ahí y siempre recibimos buena respuesta.

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Entre el álbum debut de Maniquí, I Learn Everything On The TV y el segundo, The Amazing Kingdom of Animals in the Zoo, pasaron dos años en los que la banda estuvo de gira y ocupados con shows. El cambió en el sonido es notorio, incluso pasaron de hacer canciones de un minuto a tracks de cinco o seis. El segundo álbum se escucha con menos angustia y menos furia.

R: Es la edad (risas).

V: Es como todo, no te quedas en un sólo lugar, quieres experimentar y hacer algo diferente, crecer o no sé. Le varías un poquito y, a lo mejor, sonó más señor por eso (risas). Yo ya me canso.

R: Fue una decisión que se tomó también de que ya no podemos tocar lo mismo, es medio tedioso. Encuentras otra manera de abordar lo que quieres decir y tocarlo.

Después del segundo álbum, la banda entró en un hiatus indefinido causado por diferentes motivos y razones.

V: Fue porque Jung empezó la otra banda y yo me fui a Los Angeles y ya no coincidimos, se quedo ahí. No le dimos la suficiente promoción al segundo disco, por eso mismo, nos repartimos.

R: Tocó en una época en que las disqueras no querían sacar nada. Con ayuda de Rubén (Tamayo/Fax), pudimos sacarlo a través del sello Cyan. Salió cuando nadie quería hacer nada y no había dinero para traer bandas. Entonces, se redujeron los shows. Nosotros seguimos dándole pero ya no nos jalaban a otros estados. En Tijuana empezó a desaparecer por los cárteles, igual que en Monterrey. Esto también influyó. Pasó también lo de Jung y Valentin y de repente ya no ensayábamos, nos daban ganas pero no nos juntábamos. 

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer en soundcheck. Foto: Daniel Patlán

¿En qué momento rompieron esta etapa de stand by?

R. El año antepasado tocamos tres shows, León, Guadalajara y D.F. Fue por unos amigos de Tecate, Ma Evans. Nos invitaron a tocar y dijimos ‘¿Por qué no?’. Empezamos a ensayar y salieron rolas nuevas. Para ese mini tour tocamos varias de esas canciones. Estábamos ensayando y se sentía medio forzado entre nosotros, como que no estábamos al 100, cada quien en ese lapso ya tenia otras ideas y como que no hubo esa compenetración a la hora de ensayar y por eso quedó ahí. No hubo química, pero de todos modos había canciones (risas) fue raro. Regresamos y no volvimos a ensayar. Para el All My Friends del año pasado (2012), nos contactaron y ya todos vivíamos en Mexicali. Sentíamos que teníamos más ideas que ponerle a la banda. Esta vez se sintió más relajado. Empezamos a ensayar y salieron canciones nuevas, fue más fluido que la vez pasada. No regresamos nada más a tocar canciones viejitas, sino a crear algo nuevo, decidimos darle otra oportunidad. Nadie hubiera querido tocar puras viejitas, porque es lo mismo de siempre. Se trata de hacer algo nuevo, en AmF tocamos algunas viejitas pero más nuevas. Ese festival también nos dio esa esperanza, por así decirlo. La reacción de la gente fue muy buena. Vimos que sí hay algo, hay que seguirle. Traemos canciones nuevas y tenemos planes para sacar nuevo disco pronto. Grabaremos en Mexicali lo que queda de febrero y el resto de marzo para que salga en abril o mayo. 

V: Queremos mandarlo y ver quién lo saca o sacarlo nosotros. Queremos hacer un vinilo, maquilarlo y hacer todo nosotros.

R: El descanso ayudó para hacer ingresos también. En 2006 no teníamos dinero. Ahora sí, ya trabajamos y estamos más estables que antes (risas). Además, Valientín tiene Indian Gold (un net label) o podemos buscar otro.

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer tocará en el mes de marzo en el Festival Nrmal 2013 y, como dijeron, se dedicarán a trabajar en su tercer disco para poder lanzarlo antes del verano. Tal como dijeron No Somos Marineros, hace falta corazón en las bandas mexicanas y el regreso de Maniquí Lazer nos llena de emoción porque es una agrupación llena de pasión a la hora de tocar en vivo.

Aquí pueden ver las fotos de su presentación en el Warm Up del Festival Nrmal.

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán

Maniquí Lazer. Foto: Daniel Patlán