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Con el anuncio del cartel de la cuarta edición del festival Corona Capital llegaron muchas sorpresas como las participaciones de talento icónico como The BreedersBlondie o el esperado regreso de Grimes a la Ciudad de México. Pero quizá, la más impactante es que, este año, el Corona Capital será un festival sin talento mexicano.

A decir verdad, el festival Corona Capital jamás fue planeado como una plataforma para impulsar y difundir talento mexicano. Mientras con Vive Latino, OCESA construyó la plataforma más poderosa de la región, para mostrar, impulsar y celebrar al talento hispano, con el Corona Capital tenía otros planes.

Tras la desaparición del MX Beat, México se quedó sin festivales que presentaran a las cabezas de cartel de los festivales más importantes del mundo, junto a propuestas emergentes de primer nivel. Con la misión de atraer un público mucho más grande que el del MX Beat, el festival Corona Capital ha avanzado mucho terreno en cada una de sus ediciones.

Su primera carta de presentación fue traer a Pixies a México. En 2011, el festival se desmarcó de los eventos más grandes del mundo con una de las pocas fechas que Portishead ofreció ese año. La edición más reciente del festival tuvo otro gran acierto, la evolución del escenario Bizco Club a una carpa con una calidad de audio comparable con las de Coachella y con una impecable curaduría vanguardista.

Si bien, las ediciones pasadas del festival incluyeron talento local, éste nunca se ha construido gracias a esas bandas. Aún con toda la atención y promoción que reciben las bandas participantes, muchas de las bandas mexicanas que aparecieron como propuesta en el festival siguen sin despegar, llegaron demasiado temprano a un escenario tan importante. Y muchos de los nombres consolidados que han aparecido, no tuvieron la atención que merecen porque sus horarios se empalmaban con una banda internacional que difícilmente regresaría en poco tiempo al país.

Además, en un afán de separar su identidad a la de Vive Latino, ha tenido que recurrir a inclusiones que no merecían tocar en un festival de esa importancia como Los Rayobacks en 2012. Las bandas que tocan en Vive Latino no aparecen en la edición consecutiva del Capital y viceversa; por ejemplo, León Larregui probablemente hubiera tenido un mejor recibimiento en el Foro Sol que en la Curva 4 del Autódromo. El Corona Capital no ha sido una plataforma exitosa para el talento mexicano.

Es un hecho que muchas personas no tienen los medios o el interés en invertir para salir del país solo para ir a un festival. Muchas de estas personas tampoco se identifican con la identidad y experiencia del Vive Latino, pero sí gustan de la música en vivo y para ellos se creó el festival Corona Capital.

Que este año el festival haya prescindido por completo del talento local no es algo que deba celebrarse, ni criticarse; es lo que hay. Esta edición del festival será recordada porque desde los nombres más pequeños hasta los headliners logró convertirse en uno de los festivales más importantes a nivel mundial. Y lo peor que puede pasar es que si el público y el festival mismo muestran que es necesario incluir a bandas mexicanas, el próximo año seguramente lo corregirán. Por lo pronto, esta iniciativa se merece el beneficio de la duda.