Han pasado ya un par de meses. Continúas rehabilitándote de los estragos de tu pasada relación afectiva y lo último que deseas es verle la cara a tu ex. ¿El problema? que dejaste tu sudadera favorita en su departamento, pero no estás dispuesto a correr el riesgo para recuperarla. ¿La solución? Postdates.

Ani Acopian, artista conceptual con sede en Los Ángeles es la mente maestra detrás de Postdates, una aplicación y sitio web de sátira que al más puro estilo de Postmates recoge las pertenencias que hayas dejado en la casa de tu ex-pareja.

Postdates imita la web oficial de Postmates: puedes seleccionar un tipo de relación (“salida casual”, “convivencia”, “relación de una noche”, etc.) como si fuera un tipo de restaurante. A continuación, puedes elegir entre los artículos preestablecidos que quieres recuperar (entradas para un concierto, reliquias familiares) o añadir un artículo personalizado.

El precio de entrega es de $25 dólares en Los Ángeles y $30 dólares en Nueva York, junto con una tarifa adicional por trabajo emocional de $3.99 dólares.

Lo cierto es que Postdates no está diseñado como un negocio formal. Se trata de un pop-up business, que básicamente es un negocio temporal. Las personas que se aventuran en este tipo de dinámicas lo hacen para adquirir experiencia, probar suerte con un proyecto o simplemente por diversión y amor al arte, como es el caso de Ani Acopian.

La tarifa de “manejo emocional” es uno de los puntos claves de este divertido experimento: ¿Cuánto estás dispuesto a pagar porque otro se haga cargo de situaciones que te resultan incómodas?

Esta no es la primera vez que Acopian satiriza algunas de las webs y aplicaciones más importantes. Antes de Postdates ya lo había hecho con Amazon Dating, una parodia al sitio oficial de Amazon (con el consentimiento y colaboración de la compañía), en donde podías “comprar” citas.

¡Ojo! aunque se trata de una parodia, eso no quiere decir que Postdates no funcione. De hecho, Acopian asegura que tienen una lista de 40 servicios pendientes. Eso sí, debe de haber consentimiento de ambas partes para que la recolección suceda, y naturalmente no se pueden enviar objetos peligrosos (drogas, armas) o demasiado importantes (hijos, perros).

No todo tiene que ser un negocio viable. De hecho, no me sorprendería, pero sí me molestaría, que esto se convirtiera en algo real porque no creo que el mundo necesite este nivel de cosas, pero igual creo que ya estamos en ese punto. Todo lo que puedes hacer es sostener el espejo.

(…) Hemos hecho dos sitios de parodia y queríamos llevar eso al siguiente nivel y hacerlo experimental. Es como ver un episodio de ‘Black Mirror’, pero en tu vida real.

Ani Acopian vía Techcrunch.