El principal problema con el primer álbum de Beady Eye fue que no lograron apartarse de la sombra de Oasis. El disco sonaba a la misma fórmula que la banda de los Gallagher usó durante toda su carrera, pero claramente carecía de las habilidades como compositor que tiene Noel. Afortunadamente para su segundo disco, el grupo liderado por Liam Gallagher, decidió experimentar y salirse de la fórmula tradicional. Para lograrlo escogieron de productor a Dave Sitek, el genio que ha trabajado con bandas como Yeah Yeah Yeahs y su propio proyecto TV on the Radio.

El aclamado productor logró empujar a Liam y compañía del hoyo en el que habían estado atrapados toda su vida. La primera prueba es “Flick of the Finger”, canción con la que abre BE y que con gloriosas trompetas parece un himno creado para triunfadores. No se podría esperar menos de Liam, es la primera canción y ya suena como que está ganando y hasta se atreve a decir que el futuro se escribe en ese momento. La gloria ha regresado al menor de los Gallagher.

Las sorpresas siguen y “Soul Love” es una balada que con una oscura atmosfera hace que Beady Eye finalmente suene como una banda nueva y no un refrito de sonidos viejos. “Second Bite of the Apple”, el primer sencillo del disco continúa el mismo camino y con ritmos tribales y toques psicodélicos sigue demostrando la gran idea que fue conseguir a Sitek como productor.

Lo malo es que el encanto dura poco. En las siguientes canciones el fantasma de Oasis lentamente comienza a apoderarse del disco. El toque de Sitek sigue ahí pero pronto los viejos sonidos regresan y el álbum se torna aburrido. “I’m Just Saying” e “Iz Rite” suenan a algo que podría haber hecho una banda imitando el sonido de Oasis en plenos noventa. El retroceso llega a su clímax con “Don’t Brother Me” una balada en guitarra acústica que en su letra invita a Noel Gallagher a solucionar las diferencias con su hermano. La canción dura siete minutos y medio, siendo la más larga del disco y también la más aburrida.

Parece que el álbum ya no tiene redención y repentinamente llega “Shine a Light”, otras de las canciones experimentales del álbum que tiene más en común con los momentos más brillantes de la carrera de Primal Scream que el pasado con Oasis. Claramente la fórmula que debía seguir el disco era esa, la de la experimentación, la de sacudirse el miedo y buscar otros sonidos.

Nuevamente llega un bajón de mano de otra balada en guitarra acústica (“Ballroom Figured”) a la Oasis. Las baladas de ese tipo no tienen nada de malo, por algo Oasis recurría tanto a ellas y por algo han sido el centro de la carrera de incontables agrupaciones. Pero en esos casos la simpleza era complementada por brillantes letras que hacían de simples canciones himnos generacionales y claramente ninguno de los integrantes de Beady Eye (las letras del disco fueron escritas por Liam, Andy Bell y Gem Archer) tiene esa habilidad lírica.

“Start Anew” es la canción que cierra el álbum y aunque promete el inicio de algo nuevo en su letra, también repite los clichés previamente mencionados.

Beady Eye es una banda determinada a salirse de la sombra de Oasis y sabiamente buscaron a Dave Sitek para que les ayudara a hacerlo. En varios momentos lo logran pero en muchos otros la sombra de su pasado sigue pesando demasiado. La banda ya encontró el camino que debería seguir, ahora sólo les queda adentrarse en él o resignarse a vivir en un mundo en el que la gente sólo cuenta los días para su separación y el regreso de Oasis.