La monomanía era un diagnóstico psiquiátrico usado en el siglo XIX para describir a un paciente que estaba obsesionado con una idea en particular. Al ver que el título del nuevo disco de Deerhunter es Monomania, resulta lógico preguntarse, ¿Cuál es la obsesión de la banda? Y en particular, ¿cuál es la obsesión de Bradford Cox?

Las canciones de este nuevo disco comenzaron como composiciones solistas de Cox (vocalista) y después se transformaron en un esfuerzo en conjunto, uno en el que la banda nuevamente cambió radicalmente su sonido. Para Monomania, Deerhunter volteó al pasado y revisó la historia de su país, uno repleto de rock & roll y docenas de variantes del mismo. Blues, punk y hasta un poco de rock sureño, todo tiene lugar en Monomania, como un museo que recopila la historia de un género. A pesar de los diferentes estilos musicales, el disco se siente como una unidad gracias a un par de importantes elementos: la crudeza de las grabaciones y las letras de Cox.

Imaginen el garaje más sucio, austero y deprimente que se les pueda ocurrir, el nuevo disco de Deerhunter suena a que fue creado ahí. Es un álbum grabado con equipo muy básico para dar esa sensación cruda que lo distingue de todos los trabajos anteriores de la banda. Es violento, agresivo, caótico y en ocasiones hasta suena un tanto intrusivo, como ver una escena que no queremos ver, pero no podemos quitar la mirada de encima. Las letras son un reflejo de eso, son las más personales y cautivantes de Cox hasta el momento. Una muestra de todo lo que lo ha convertido en el personaje que es hoy en día, incluyendo las confesiones del pasado en canciones como “Punk (La Vie Antérieure)” y “Dream Captain”. A lo largo del disco, Cox desnuda su alma en las letras y se expone ante todo el que quiera escuchar. Sus miedos, deseos, temores y recuerdos…no hay nada que se contenga para sí mismo.

A pesar de lo anterior, el disco tiene un par de momentos no débiles, pero sí fuera de lugar, incluyendo “The Missing”, la tercera canción del álbum, compuesta por Lockett Pundt. Es mucho más apegada al sonido “tradicional” de Deerhunter pero al ser colocada entre dos de la más ruidosos del nuevo álbum parece haber sido incluida con la intención de pasar desapercibida. El cierre del disco llega con “Nitebike” y “Punk (La Vie Antérieure)”, dos números un poco más tranquilos que suenan como un epílogo. No son malos pero se sienten innecesarios después del clímax alcanzado durante “Monomania”, la canción central del álbum.

¿Qué obsesiona a Bradford Cox? Todo y nada, no es que se obsesione con una sola idea, siempre hay una idea cambiante que lo tiene obsesionado. La personalidad obsesiva de Cox es lo que marca el disco y revela el verdadero significado de Monomania. Desde la obsesión por recordar y rendir tributo al rock del pasado hasta la obsesión por revelarse ante el mundo y lograr que todos lo volteen a ver. Cox siempre tiene una obsesión en mente y no descansa hasta tomarla y drenarla hasta dejarla en los huesos. Es por eso que cada disco de Deerhunter es tan único y especial, son las obsesiones de un hombre que si no hiciera música probablemente se habría entregado a la locura.