El mundo está dividido en dos grupos: Los que aman Zoolander y los que no.
Si tuviéramos que elegir una de las películas más emblemáticas sobre el mundo de la moda, Zoolander sería de las primeras en aparecer. Es más, en el desfile de Valentino los protagonistas “desfilaron” para promocionar la segunda parte de la película. Fue tanto su despliegue que el desfile de Chanel no tuvo tanto impacto.
La película de Ben Stiller es una comedia que nos acerca al complicado mundo de la moda. Es una sátira donde los principales implicados toman distancia y aprenden a reírse de ellos mismos. Critica a la industria de la moda sin misericordia. Se mofa de la pose que tienen los editores de moda y la pequeña esfera elitista y de mal gusto que plaga a la industria.
Esto es lo que nos enseñó Zoolander sobre la industria de la moda:
Debes tomar riesgos
Grandes logros vienen acompañados de tomar decisiones que son riesgosas, pero el que no arriesga, no gana. Se tu mismo. No hagas lo que toda la gente. Define tu estilo, arriésgate, innova. Al final todo esto es de y para ti.
Las corporaciones son malvadas
La explotación infantil es un golpe directo a la mandíbula de la industria de la moda y es el argumento en torno al cual gira la película. El punto de partida es que el primer ministro de Malasia ha decidido prohibir el trabajo infantil y, claro, los malos malísimos de la industria no pueden consentirlo.
No es un trabajo fácil
No existe trabajo fácil o, de momento, no lo hemos encontrado y los modelos masculinos no tienen una vida completamente relajada. Cuidar el cuerpo requiere mucho esfuerzo y, sinceramente, muchas de las sesiones de fotos son una locura y debes someterte a dietas extremas.
Todo se basa en la competencia y rapidez
Ser modelo no es fácil y ni siquiera es una profesión para toda la vida. Años de sacrificio para tener una vida laborable de como mucho 20 años. Eso siendo afortunado y empezando desde la infancia. Porque tu edad dorada estará entre los 15 y los 25 y a partir de ahí solo sobreviven las estrellas.
¿Qué es bello y qué no?
La belleza es una cuestión de gustos subjetivos. Aquellas cosas que inspira a unos cuantos, puede resultar horrible para otros. Mugatu lo demuestra cuando considera que una colección inspirada en los sin techo es algo apreciable.
