Texto por Erich E. Mendoza
Fotos tomadas de IG: @Usagii_ko
Todo comenzó con una fotografía:
Una fotografía que mostraba a un joven cargando una pesada mochila en su espalda mientras se sostenía del costado de una camioneta que lo llevaba a él y a otros migrantes más por la carretera.
Al verla pensé: “¿Cuántos kilómetros habrá durado así? ¿Qué tan duro habrán sido los baches, las curvas y todas las complicaciones de una carretera mexicana en mal estado? ¿Cuánto puede aguantar alguien en esa posición?”
Poco a poco las preguntas fueron teniendo respuesta y en mi cabeza, lentamente fui comprendiendo: el esfuerzo, el llanto, los miedos, la mezcla de todas esas emociones que con un toque de esperanza, se convierten en ideales y sueños que, de manera inexplicable, convierten a hombres normales en súper humanos con habilidades impresionantes.
“Necesidad”, es la palabra. Necesidad. Necesidad real. Necesidad de escapar y necesidad de una vida mejor. Eso.
Pero, ¿de quién es la foto?
Su nombre es Andrea y en Instagram se hace llamar @usagii_ko. Trabaja para la agencia de fotoperiodismo Cuartoscuro y cuando un colega suyo, encargado de documentar la entrada de los centroamericanos a nuestro país, regresó a la CDMX, ella no dudó en sumarse a la dura tarea de no sólo documentar, sino vivir el día a día de los migrantes que forman parte de La Caravana que ha revelado los verdaderos y tristes colores de este país…
En palabras de Andrea…
Se siente una fuerte discriminación; un intento por apagar la esperanza. Una frialdad sistemática que muestra un esfuerzo gigantesco y calculado con precisión, orientado únicamente en bloquear y segregar; esfuerzo mismo que podría ser utilizado para apoyar y guiar, pero que por obvias razones no está sucediendo.
Y dado a que Andrea ha estado prácticamente viviendo con ellos en las (pocas) buenas y las (muchas) malas, decidimos acercarnos a ella para poder conocer un poco más de lo que se esconde detrás de este éxodo que ha marcado al 2018:
Lifeboxset: ¿Desde dónde los vienes siguiendo?
Andrea: “Los voy siguiendo desde Juchitán, Oaxaca”.
Lifeboxset: ¿Cómo ha sido que has vivido el día a día de manera 100% real y qué ha sido lo que has visto/experimentado a lo largo de esta experiencia?
Andrea: “Pues de todo, pero en su mayoría son personas humildes que buscan algo mejor para sus familias; mujeres, niños y justo los hombres y mujeres que vienen solos, la mayoría son hermanos de alguien o dejaron una familia en su país.
Se enfrentan a mucha discriminación. Cuando yo venía con ellos en los autobuses de transporte, los choferes me preguntaron que si era migrante y al contestar que no, me dijeron que que bueno porque no los estaban llevando a ellos…
¡A ellos con niños y mujeres! No los podían transportar aún pagando su boleto”.
Discriminación y segregación sistemática.
Andrea: “En pueblos a los que llegábamos me tocó ver a policías que resguardaban el lugar para que no estuvieran ahí mientras que la gente (civiles) cerraban sus locales así como los albergues.
Jamás tuvieron transporte regalado y solidaridad del gobierno para acercarlos. Ellos buscaban “ride” o taxis y por eso a muchos los verán pidiendo dinero que no es para droga; salen a pedir dinero porque seguramente una hija o una familia está esperándolos para poder pagar el taxi o poder comer porque pues muchas veces no se alcanza en los albergues, o son porciones pequeñas y sólo comen una vez al día”.
La rutina: el día a día de La Caravana.
Lifeboxset: ¿Cómo estás viviendo durante todo este viaje? ¿Cómo se vive el día a día?
Andrea: “A las 4 am se levantan a limpiar el lugar donde se quedan y para las 5 de la mañana hacen junta para decidir a qué pueblo se dirigirán. De ahí, caminar a la siguiente parada para estar ahí máximo a las tres de la tarde.
Una vez llegando ahí, se come o duerme en algún albergue para al otro día seguir con la misma rutina. Han habido momentos en los que pipas de agua les facilitan la oportunidad de lavar su ropa, así como personas que llevan ropa de donación les apoyan para poder dejar la que traían y utilizar la donada.
Todos traen máximo una mochila pequeña y una cobija por lo mismo de que se dificultaría el transporte. También llevan carreaolas para transportar a los niños hasta por 100 kilómetros en un día”.