Además de las aterradoras ventas de discos, que ya entrados en el último cuarto de año, siguen sin llegar a sobrepasar el millón de copias; los sencillos, que en teoría son más fáciles de vender, también decayeron. En el 2013, 87 títulos se convirtieron en platinos (es decir, que vendieron más de un millón de copias). Este año ningún título lo ha logrado.

¿Qué es lo que está ocurriendo?

Sumándose al boom de plataformas como Spotify, de acuerdo con las disqueras, existen otros factores que afectan al mercado, como la falta de lanzamientos de los grandes artistas vendedores de discos (como Adele). También para explicar por qué el 2014 está siendo tan complicado, podemos tomar de ejemplo a Beyoncé,  quien creó una estrategia en la que deja a las grandes disqueras fuera y confía directamente en su relación con el público.

En el caso de Lorde, cuyo disco se encuentra en segundo lugar de ventas, se trata de una autora que se aleja por completo de la idea de ser una “gran vendedora”. ¿Entonces? Tal vez las cosas vayan por acá: las ventas de las pequeñas tiendas independientes han aumentado su participación de mercado, así también ha ocurrido con los sellos independientes. Vaya, que parece ser que no es la música la que muere en sí, como uno podría creer, sino que el problema es una industria que no termina de adaptarse a los cambios y encontrar nuevas maneras de distribuir sus productos.

También te puede interesar: Esta semana se vivió la temporada más baja de ventas de CDs de los últimos 23 años

Parece entonces, que al final, si bien el negocio musical no morirá, o mejor dicho, si pretender ser redituable en el futuro, tendremos que verlo transformarse… y debe hacerlo rápido.

La facilidad de distribución que significa la red y la creciente necesidad de mercados especializados, se antojan como el camino a seguir.

¿Tú qué opinas?

Vía: Billboard, Forbes.