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En Holanda, el turismo de la droga tiene sus días contados. En todo el mundo se sabe muy bien que las autoridades en Holanda se hacen las que no ven nada e ignoran que el uso del cannabis es ilegal, dejando que las personas tengan de 5 gramos para abajo para su consumo personal. En Holanda y Ámsterdam, muchísimas personas de otras partes llegan a sentarse a las famosas coffee shops para poder sentarse tranquilamente, hacerse un porro y fumar sin miedo a que los agarren. Bueno, desgraciadamente ese ya no será el caso con la nueva ley.

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La cannabis que tenga más de 15% de THC ahora será considerada como “droga dura” y será penada. El gobierno también forzó a las coffee shops que venden marihuana a que escojan entre alcohol o mota, a lo cual muchos eligieron mota (obvio). Ámsterdam antes contaba con 300 coffee shops de las más de 1,000 que existen en todo el país; ahora solo hay menos de 200 y sólo 617 a nivel nacional. Aunque la marihuana siempre ha sido prohibida en los Países Bajos, las autoridades jamás hicieron algo contra los lugares en donde se vendía.

Ya que ahora está prohibido plantar y crecer marihuana, las coffee shops están comprando material a organizaciones que plantan marihuana en contenedores enterrados bajo tierra, descuidando la calidad con tal de que siga el negocio. Los turistas de drogas representan un número importante en la economía de la ciudad, ya que estos no solo gastan en las coffee shops, si no también en otros lugares, generando más de $170 millones de dólares al año. Esta es la razón por la que las autoridades han dejado pasar la venta de marihuana en estos lugares.

Un tercio de todos los visitantes de Ámsterdam van a estas tiendas en algún punto; nacionalmente, el numero es uno de cada cinco. No permitirle la entrada a estos turistas haría que el turismo cayera muchísimo. Seamos honestos, si realmente fueras un chico hippie, sin dinero, rebelde, no podrías pagar un boleto para Ámsterdam.

Vía  NewsWeek