Diez años después de haber llegado al mundo con su glorioso debut Youth & Young Manhood, los hermanos (y primo) Followill, han llegado a su sexto lanzamiento con Mechanical Bull. Un disco que desde su anuncio colocó a Kings of Leon en la mira de millones de fans alrededor del mundo, y por supuesto de medios, así como la industria musical global. No es para menos, pues se trata de una banda que ha aportado tanto a la música de la última década.

Por supuesto, a través de sus discos, Kings of Leon han procurado su constante evolución, misma que se puede notar en un sonido cada vez más limpio y en canciones amigables para la radio y para el oído. Para muestra están éxitos como “Use Somebody” o “Pyro”. Tomando en cuenta lo anterior, Mechanical Bull no es la excepción en el proceso de madurez de Caleb y compañía, y en esta ocasión la banda se concentró en hacer un álbum que retoma la libertad de sus primeras composiciones, así como la emoción de canciones tan poderosas como sus éxitos recientes.

Desde su primer tema, “Supersoaker”, Mechanical Bull inicia con el clásico sonido campirano por el cual distinguimos en automático a la banda. Conforme continúa el álbum, es evidente que los de Nashville, Tennessee, aún conservan el toque fresco con el que constantemente reclutan nuevos fans. Además, se muestran aún más conectados con su identidad, misma que respetan en todas las canciones del álbum, a pesar de que varía en fuerza, tono y velocidad. Como detalle notable, es reconfortante la llegada de la cuarta canción “Beautiful War”, un tema emocional que goza de una base rítmica espléndida.

Al avanzar Mechanical Bull, está claro que Kings of Leon se basan en guitarras más sencillas y menos incendiarias, e incluso la batería es menos arriesgada, como en canciones como “Temple” y el sencillo “Wait for Me”. Aunque esto parezca un declive en el álbum, el vigor regresa con la canción “Family Tree”, magníficamente producida, haciendo honor al blues sureño de los EE. UU, combinado con un poco de gospel y marcando firmemente el clímax de Mechanical Bull.

Con su nuevo álbum, Kings of Leon nos invitan a divertirnos con su música desde una zona de confort; no es un disco acelerado, pero cumple con la producción de canciones pegajosas y entretenidas. El disco tiene mensajes que seguramente conectarán con mucha facilidad entre sus más fieles seguidores, mismos que siempre encuentran la forma de hacer sus momentos más especiales con canciones de Kings of Leon, como “Tonight”, o incluso su nostálgico tema final “On the Chin”.

Mechanical Bull muestra el lado menos ruidoso y sucio de la banda; aún así, tienen claramente identificada la bandera que representan: rock ligero, suave, en ocasiones despreocupado y en otras, mejor pensado, siempre con un toque emocional. Es un disco que cumple con lo básico de Kings of Leon, pero que constantemente extraña su flanco más arriesgado y desafiante. Ante este escenario, se trata de un álbum que merece ser escuchado en un sistema de sonido potente, para que podamos apreciar sus detalles escondidos, y disfrutar de su impecable producción.