Recientemente les platicamos sobre la influencia e imagen positiva que Hal Wilkerson (Bryan Cranston) de ‘Malcolm el de En Medio’ aporta para la lucha en contra de las acciones derivadas de la masculinidad tóxica. Esos atributos o estereotipos que culturalmente fueron asignados al género masculino (“los hombres no lloran“), pero que en la práctica no definen “la virilidad” de un hombre.

Pues bien, el día de hoy les presentamos otro personaje de la cultura pop que aporta a la lucha en contra de las masculinidades tóxicas, y se trata de uno muy querido. Estamos hablando por supuesto del General Iroh, uno de las entrañables figuras de Avatar: La leyenda de Aang.

El programa animado de Nickelodeon, que inicio transmisiones a mediados de la década de los dos mil, continúa destacándose no solo por sus importantes enseñanzas a nivel moral, espiritual y humanitario, pues también es un importante docente en cuanto a cultura asiática; y ahora, el ejemplo perfecto de una masculinidad armoniosa y positiva.

Recordemos que, a diferencia de sus iguales en la Nación del Fuego, el Tío Iroh se caracteriza por su humildad, generosidad, templanza y sabiduría, talentos que constantemente está tratando de enseñarle a su testarudo sobrino, el Príncipe Zuko.

De acuerdo a la cuenta de Instagram @demachosahombres (iniciativa internacional que propone espacios alternativos de reflexión en torno a la masculinidad positiva) las 5 lecciones que todos deberíamos de aprender del Tío Iroh son:

1. No pretendas controlarlo todo. La vida está llena de sucesos e imprevistos que no dependen de nosotros. Lo que sí podemos hacer es dar nuestro mejor esfuerzo cada día, asumir lo que nos corresponde y sacar nuestra mejor versión para afrontar cualquier situación que se nos presente.

2. La experiencia personal no equivale a la experiencia universal. Ninguna persona puede ser realmente sabia si sólo conoce su propia experiencia. Entender y aceptar que el resto de personas tienen vidas diferentes a la nuestra, y por lo tanto distintos puntos de vista y realidades, amplía nuestro panorama del mundo y nos hace entenderlo mejor.

3. Aprende a pedir y a dar ayuda. Somos seres interdependientes, por lo que nadie puede llegar a su meta sin ayuda o en colaboración con otros. Saberlo nos ahorra tiempo, energía y nos da la posibilidad de ampliar nuestra red de colaboración y de sostén en la vida.

4. La esperanza nos hace fuertes. Cada problema, cuando es distinto al anterior, nos da la oportunidad de crecer y ampliar nuestra creatividad, confianza personal y sabiduría. Casi todo puede solucionarse si somos capaces de ampliar nuestros puntos de vista y de trabajar nuestras herramientas emocionales.

5. Sólo tú sabes cuál es tu destino. Decidir qué quieres hacer con tu vida es tu superpoder. Si haces lo que las demás personas quieren o esperan de ti estás siguiendo un camino que no es el tuyo. Tú mejor que nadie sabes qué tienes que hacer. Prepárate con cada cosa que hagas para cuando llegue el momento.

El Instituto DMAH es una iniciativa internacional que propone espacios alternativos de reflexión con el fin de dar cabida a nuevas maneras de entender lo que significa ser “hombre”, y replantear la forma en la que el género masculino se relaciona con su contexto.

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