Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

No hay lugar como Coachella. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Ir a Coachella siempre es algo divertido, el ambiente es de lo mejor, las bandas son increíbles, las chicas y chicos vienen a lucir sus horas en el gimnasio y el Empire Polo Field es majestuoso. Se dice mucho sobre el calor, pero es como ir a la playa: vas mentalizado a que estarás expuesto a altas temperaturas, no importa.

Sigan la transmisión de Coachella 2014 en vivo para no perderse de ninguno de estos grandes momentos del festival.

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Llegar al festival es todo un ritual. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Para las personas que viven fuera de California es toda una odisea llegar al festival, este año el sistema decidió irse por casi cinco horas, dejando a cientos de personas (¿o miles?) parados –literal– esperando en la línea para cruzar la frontera con Tijuana. Conocimos también a unas personas de Seattle que manejaron 18 horas para llegar a Indio y bueno, historias seguro hay muchas. Pero, ¿por qué valen la pena esas 18 horas en un auto compacto o los miles de pesos que puede costar este viaje? Porque Coachella es una de las paradas obligadas para todo aquel amante de la música, sí o sí.

El festival e ha ganado su reputación durante varios años, el cartel puede estar bueno o regular, pero nunca malo, eso ya es garantía. Este año, por ejemplo, Julian Casablancas y Pixies se agregaron al cartel un par de días antes de que empezara el festival, ¿por qué? Porque pueden, así de fácil. Nuestro festival comenzó con la tradicional parada por las acreditaciones en las canchas de tenis, rápido, a lo que vas. De ahí, el viaje al Empire Polo Field dura cerca de 15 minutos en auto. Una vez estacionados, el camino que lleva a la “Tierra Prometida” es como de 2 kilómetros. Pero nada importa cuando la emoción de vivir un año más la experiencia Coachella, está a tan solo dos mil metros.

Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

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The Preatures. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Poco después del mediodía, The Preatures (una de nuestras Bands to Watch 2014) subió al escenario principal para sorprender a propios y extraños con su potente presentación, llena de guiños al rock and roll que tanto le gustaba a nuestros padres. Siguió Waxahatchee, a quien habíamos visto en el FYF Fest del año pasado y por eso decidimos repetir la dosis. Bonito sería una palabra justa y exacta para describir su presentación. Por momentos folk, por momentos un poco más distorsionado, pero siempre con una voz dulce y melancólica.

Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Waxahatchee. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

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Dum Dum Girls. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Las Dum Dum Girls salieron como es costumbre, vestidas de negro y con una alta dosis de sensualidad. El toque colorido se lo dieron las flores en sus micrófonos. Siempre tan coquetas. Por su parte, Title Fight puso en alto la bandera del “nuevo emo” y armó el primer gran mosh pit del día. La fila de hasta adelante estaba llena de jóvenes entusiastas que sabían y gritaban cada una de sus canciones. Jagwar Ma trajo la psicodelia de vuelta al desierto y logró que nos relajáramos un poco mientras bailábamos con ellos.

Jagwar Ma. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Jagwar Ma. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Grouplove. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Grouplove. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Una grata sorpresa fue la reacción de la gente con Grouplove, quienes al ser de Los Ángeles, hasta cierto punto jugaban de locales. Uno de los momentos más esperados por miles de personas -incluidos nosotros- llegó a eso de las 5 de la tarde. Las hermanas HAIM estaban sobre el escenario. Contundentes y hermosas, tocando solos de guitarra con una actitud que el mismísimo Jimmy Page aplaudiría. Sin duda nos conquistaron (una vez más).

Kate Nash. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Kate Nash. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

El bloque femme fatale llegó con el triplete formado por Kate Nash(toda vestida de rosa junto con sus músicos, todas mujeres), Neko Case -quien le puso pausa al calor y las prisas para relajarnos y hacernos flotar- y Ellie Goulding:con su banda completa que incluye coristas y un piano de cola en el escenario.

Ellie Goulding. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Ellie Goulding. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Ellie Goulding. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Ellie Goulding. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Broken Bells. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Broken Bells. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Ya entrada la noche, Broken Bells reunió a una gran cantidad de gente, quienes prefirieron a Mercer y Danger Mouse, en lugar de ir a bailar y perder la cabeza con Chromeo y su gran show. Hay de todo, para todos, de tal forma que mientras unos bailaban y otros cantaban, varios más veíamos a Woodkid y su impecable y elegante puesta en escena. Dos percusionistas, tres instrumentos de viento, dos sintetizadores y una gran voz. Justo como nos imaginábamos el show del francés.

Woodkid. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Woodkid. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

La segunda gran fiesta fue a cargo de Girl Talk, con su escenario lleno de gente bailando, un par de tenis -con un atinado product placement de Nike– y unas manos enormes como tributo a su amor por el basquetbol. Mientras el amo y señor de los mashups estaba arriba del escenario, varios animadores vestidos en smoking estaban aventando papel de baño, confeti, y armando una fiesta a lo grande, como solo él sabe.

La gente bailando con Girl Talk sobre el escenario. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Girl Talk. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

La gente bailando sobre el escenario con Girl Talk. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

La gente bailando sobre el escenario con Girl Talk. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

La red que tendió OutKast entre ellos y el público incluso dificultó tomar fotografías de su regreso. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset

La red que tendió OutKast entre ellos y el público incluso dificultó tomar fotografías de su regreso. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset

Una hora antes de que OutKast subiera al escenario la cantidad de gente reunida en el Coachella Stage era abrumadora. Entre el morbo y la expectativa, la pareja de raperos construyó un regreso que dejó mucho que desear. André 3000 y Big Boi salieron a escena dentro de un cubo cubierto por una tela tipo mosquitero, lo cual nos generó la siguiente pregunta: ¿a qué le tiene miedo OutKast? ¿Cuál era la necesidad de poner una barrera física entre la gente y ellos? Como toda primera vez, hubo errores, fallas y promesas sin cumplir, sin embargo, con 39 fechas más por delante, OutKast puede redimir sus errores y dar un mejor espectáculo. Se rumora que The Knife les comió el mandado, así que ya saben, si van el próximo año, quizá puedan ver mitad y mitad del show para “que no les digan, que no les cuenten”.

Chino Moreno con Crosses. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Chino Moreno con Crosses. Foto: Daniel Patlán / LifeBoxset.

Lo último que vimos el viernes fue Crosses. Chino Moreno y compañía salieron cerca de 15 minutos tarde -nunca supimos por qué- pero la espera valió la pena. El vocalista de Deftones es un gran frontman que tiene por demás dominada su voz y sabe cómo usarla para generar ambientes y cambios en las canciones. Por su parte, los visuales de cada canción fueron lo segundo que se llevó el show de “Cruces” (pequeño chiste que pueden encontrar en una de las playeras de la banda). Surrealistas, geniales y por momentos tétricos, así fueron los acompañantes visuales del show que cerró la Mojave Tent la noche del viernes.