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En 2014 el Vive Latino cumple 15 años, década y media de ser el evento musical más importante de Latinoamérica y un espacio en el que se viven cientos de historias año con año. Desde la persona que es aventada en las mantas de la plancha del Foro Sol hasta las reuniones de años, pasando por las bandas que se convierten en leyenda frente a 50,000 personas y el que descubre a su nueva banda favorita en la Carpa Intolerante.

Para celebrar los 15 años del festival elegimos 15 historias con los personajes, momentos y situaciones que han formado al Vive Latino. Esto es VL15x15.

Curar, crear y organizar un festival no es tarea fácil. Resultaría lógico pensar que con 15 años de vida, el Vive Latino tuvo más de un obstáculo en su camino. Pero, como la vida nos lo ha enseñado, de cada problema se aprende algo, y, en todo este tiempo, el festival ya tiene una historia importante de aprendizajes.

Nos acercamos con Jordi Puig, fundador y director del festival, para que nos contara sobre esos momentos difíciles, cómo los superó y qué aprendió al respecto.

Una sola edición del Vive Latino Chile

En 2007 el festival se extendió y llegó a Chile. Sin embargo, fue la única ocasión en la que se realizó en el país sudamericano:

“Lo hicimos en 2007 y fue muy exitoso para ser el primer año de un festival en Chile. No recuerdo bien la asistencia pero tranquilamente fueron 25,000 personas. Teníamos buenos socios. El único arrepentimiento que nos quedó que debimos haber repetido.

No lo hicimos por cosas ajenas al festival, una cuestión de inversiones y de cómo se mueven las administraciones en Sudamérica. Hubo un gran cambio de administración un año después. La enseñanza es que hay que ser más perseverante y seguir a pesar de que se muestren adversidades. La verdad fue una buena experiencia.”

Un Vive Latino sin agua

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2003 ha sido uno de los años más caóticos en la historia del festival. El agua, cerveza y otros consumibles se acabaron desde muy temprano y esto causó un fuerte enojo en la mayoría de los asistentes:

“Lo que no hicimos bien ese año fue que no pusimos distintos centros de acopio entre la gente, en donde están los puestos de venta. Como antes funcionábamos es que teníamos una gran bodega dentro de backstage y de ahí alimentábamos a los puntos de venta dos, tres o cuatro veces durante el día. Esa dinámica no funciona cuando la demanda es muy grande; si tienes centralizado todo el producto, alimentar a los otros puntos de venta no funciona, sobre todo si la demanda es muy rápida. Sí había agua, cerveza y demás, pero no estaban en los puntos de venta. En el momento en que dices “ya no hay”, la gente empieza a cambiar de actitud y obviamente requieren de un servicio, quieren tomar agua, una cerveza o lo que sea.

Evidentemente ahí empezó a cambiar la vibra de la gente. Para nosotros era muy difícil llegar a los puntos de venta porque la gente ya estaba bastante prendida, llegabas con el producto y ya no había paciencia para llegar, acomodarlo y empezar a vender. Era un círculo vicioso. El producto no llegaba, la gente lo quería y lo quería rápido. Ahí en caliente no te das cuenta, pero luego es muy fácil resolverlo. Ahora tenemos muchas bodegas alrededor del festival y con eso se acabó el problema”.

Un Vive Latino sin banda

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Kinky en el Vive Latino 2012.

En 2004 Kinky estaba a punto de subir al escenario y no lo hizo por una demanda en su contra. Perder a uno de los actos principales justo antes de que toquen puede ser algo difícil:

“Fue un tema completamente ajeno al Vive, fue un tema de alguien que los persiguió jurídicamente por el nombre. No lo tenían en México pero sí en Estados Unidos, y como el Vive es una buena plataforma —una muy mediática—, ahí aprovechó la persona que los demandó para agarrarlos juntos. En el camino del hotel al festival fue donde las autoridades los atraparon y los llevaron a declarar, entonces no llegaron a tocar. Nos cayó de sorpresa a todos, en ese caso fue algo fortuito.”

Un Vive Latino con influenza

Gogol Bordello, uno de los actos que en 2009 no pudieron reagendar su presentación. Llegaron al VL en 2012.

Gogol Bordello, uno de los actos que en 2009 no pudieron reagendar su presentación. Llegaron al VL en 2012.

En 2009 la epidemia de la influenza AH1N1 en México forzó la cancelación de varios eventos públicos en el país. El Vive Latino se atravesaba justo el punto crítico de la epidemia:

“El Vive era a dos semanas de todo ese tema y estaba a la venta, confirmado y vino el asunto del virus. Había mucha paranoia por salir a lugares públicos y eventos masivos. Tuvimos que cambiar todo el festival para un par de meses después. Salvo un par de bandas que no pudieron recalendarizar, el resto, el 98%, aceptaron y pudimos mover el festival de manera fácil. Este tipo de movimientos requieren de un montón de estrategia, necesitas no anunciarlo si no tienes todo muy amarrado.

Fue un trabajo muy duro de unos días para anunciar todo el movimiento del festival dos meses después. La gente y las bandas reaccionaron muy bien y fue todo un éxito. Con lo que nos quedamos de esa ocasión es que hay que estar muy compacto con sus equipos para dar señales muy concretas y que tengas certeza de decir las cosas cuando sepas que las vas a hacer.”

Un Vive Latino con pop

A lo largo de la historia del festival han desfilado actos pop como Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana y Motel. Muchas veces, la reacción del público no ha sido la más amable en aceptar los cambios:

“Yo les llamaría pop-rock. Si me dices que el Vive es un festival pop, lejos de eso, lo consideramos un festival de rock. Lo que entendimos un buen día es que el Vive es un festival de muchos géneros, todos alrededor del rock y esa actitud, esa forma de vida y esa forma de entender las cosas. Es muy abierto ese abanico y ahí pueden entrar propuestas como Natalia. Creo que ella tiene la actitud y corazón rockero y por eso cabe. ¿Qué es pop? Música popular, eso sí cabe, si es una música muy plasticosa no entra en el Vive. Uno tiene que entender que el abanico del Vive tiene que estar muy abierto, el festival intenta representar a la Ciudad de México y la ciudad es de muchos gustos, muy sofisticada, pero multicultural.

Hay muchos géneros que gustan y que están en el día a día. El festival empezó mucho más guerrero de lo que es, era un festival muy joven y esa personalidad era abrumadora, le ganaba a todo lo demás. El mismo festival decía que no quería pop, ni nada en inglés, ni que se alejara del rock chilango derecho y fuerte. Entonces en esos años era muy delicado pensar que te podías abrir a otras opciones, me imagino que la ciudad era un poco más así. Ahora sí es válido”.

Aquí pueden leer las otras entregas de VL15X15:

Una historia de himnos
Una historia de colaboracones

Sigan la transmisión en vivo del Vive Latino a través de Coca-Cola.FM.

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