FotoxDaniel Patlán

Desde el 12 de febrero, Venezuela vive un estado de extrema violencia, derivada –en primera estancia– por las manifestaciones de los estudiantes y la respuesta de las fuerzas armadas venezolanas. Aquí un par de videos que explican el contexto de lo que ocurre en el país:

En LifeBoxset invitamos a distintas voces de músicos venezolanos que han vivido estas semanas dentro del violento mar y el caótico ir y venir. Historias de músicos que son protagonistas (algunos ausentes, otros secundarios, y otros más activos) de estos eventos desafortunados para la comunidad venezolana.

En esta primera entrega de #BitácorasFVenezuela, Henry D’Arthenay, vocalista y guitarrista de La Vida Bóheme (banda ganadora del Premio Grammy Latino a Mejor Disco de Rock en 2013) comparte con Latinoamérica y el mundo, su realidad, cómo ha tenido que vivir el día a día de esta situación. Días después de los primeros brotes de violencia, La Vida Bohéme publicó un video en protesta y al mismo tiempo, en tributo a los que luchan por un mejor país. Véanlo al final del texto.

Ya son 15 las personas que han fallecido como consecuencia de la inestabilidad que vive Venezuela estas pasadas semanas, y la situación es tan grave que mientras escribo esa cifra no me atrevo a decirles con completa seguridad que no sean incluso más. Verán, como si 15 vidas no fueran ya demasiadas para apenas 14 días de protestas, las muertes violentas “habituales” que abaten al país de normal (es decir: las de los secuestros, los robos, y el hampa de todos los días…¿saben?, ”las normales”) no han cesado su actividad sólo porque el país esté agitado. Nada más hoy (25 febrero 2014) se confirmó la muerte del gran boxeador venezolano y promotor de la paz en los barrios, Antonio Cermeño. ¿Cómo puedo yo poner mis manos en el fuego para decirles cuántos compatriotas mueren en mi país a diario? Sea por protestar o por vivir tranquilamente, en Venezuela no sólo luchamos contra la opresión de un Estado arbitrario en el uso de la fuerza, sino que también contra las probabilidades de que si incluso no quisiéramos involucrarnos en esa disputa, igual corremos el riesgo de que nos peguen un tiro si nos agarran “mal parados”. Nombres y números en Twitter. Ni la cortesía de una foto…una persona menos para la humanidad. ¿Lo habré conocido alguna vez?, ¿de no haber fallecido nos habríamos conocido?, ¿estaba entre esas víctimas el próximo Einstein?

Pero es normal…mejor dicho: anormal. Si tenemos amigos en todo el país que sino les disparó un perdigón la Guardia Nacional, mínimo los agarraron detenidos y luego procedieron a meterles corriente eléctrica; amigos que se encuentran en clínica recibiendo tratamiento de golpiza, bala y “perdigonazo”; y si no amigos que están en sus casas, acuartelados, ya sea porque al detenerlos los obligaron a no presentarse de nuevo en una protesta política “para que la vaina no sea peor la siguiente vez que los agarren”, o porque los secuestraron hace dos meses y ya ni de vainas van a poder volver a salir como cualquier joven normal en la noche, no sin un poquito de miedo de “¿y si me vuelven a agarrar?”.

A dos cuadras de mi casa hay una barricada de ciudadanos (conocidas acá como guarimbas), tan desesperados por todo que irracionalmente han decidido trancar el paso en vías (muchas de ellas en lugares que ni responden a un interés estratégico). A esta barricada yo tengo que ir y explicar mi situación cada vez que tengo que ir a comprar medicamentos o llevar a un familiar cercano a recibir quimioterapia. Todas las veces que he tenido que hacer esto, he tenido que: A) Llamar a Protección Civil de mi municipio por seguridad B) Caerme a gritos con cualquiera de los “guarimberos” que no entiende, que a pesar de que estoy en contra del gobierno, necesito llevar a alguien a la clínica. Ya van dos personas que han fallecido de noche al estrellarse con las barricadas ¿cómo si lo de los secuestros y lo de la guardia no fueran suficientes factores en contra?. Pero es normal…que digo: anormal.

Últimamente lo que comemos en mi casa es lo que sea que se encuentre en los supermercados, que como se podrán imaginar no deja mucho espacio para escoger muy libremente. Si te tocó pollo, comes pollo. Si no hay pollo, pues bueno…no comerás pollo. Mi Internet se va cada cierto tiempo, cada vez que viene me llegan al celular un promedio de 30 fotos y videos de represión, rumores (algunos ciertos, otros el resultado de imaginaciones sin rienda) y violencia injustificada…cuando prendo el televisor nada de lo que veo en las fotos y/o videos aparece en pantalla. He meditado por un tiempo si llevar mi caso a “Laura en América” o “¿Quién tiene la razón?” serviría de algo, pese que no he cometido adulterios incestuosos en mis cortos 25 años de vida, siento que podría agregar un poquito de diversidad a la parrilla de programación.

Pero cuando me preguntan: “¿qué siento acerca de lo que ocurre en mi país?”, lo único que tengo en la mente, si vamos a ser completamente honestos, no es siquiera el vaso de agua desbordando el cuarto y haciendo del apartamento una pecera…al menos no tanto como la viva imagen que tengo de anoche de mi amigo (y bajista de la banda) Rafael Pérez, mostrándome como doblar una camisa en un sólo movimiento. Las pequeñas cosas que uno aprende a hacer cuando la vida, más que vida, es supervivencia, ¿no?

Un abrazo desde Caracas al D.F.

Viva Venezuela & viva Latinoamérica

Henry