La música en directo siempre será una gran noticia. Siendo los conciertos un acto único e irrepetible, resulta invaluable ser parte de una experiencia que no va a volver a suceder jamás. Por otro lado, hay muchos factores que afectan para que la experiencia sea digna para guardar en el baúl de los recuerdos. Y es que todo suma; en resumidas cuentas: el contexto lo es todo.

¿Dónde se lleva a cabo el concierto?
¿Quién es tu compañía?
El valor emocional que depositas en el grupo que está sobre escenario.
La lista de canciones seleccionadas para el recital.
Si uno está intoxicado o no.
Si estás sentimentalmente estable o no.
Si el grupo en cuestión juega de local.
Si se cruzaron fronteras para visitar a la banda en su centro de operaciones.

Punto y aparte

Si bien siempre será bien valorado el trabajo del artista en el estudio —o en su propio cuarto, tomando en cuenta las nuevas tecnologías en los tiempos que corren—, desde un punto de vista muy particular, será igualmente tomado en cuenta el trabajo que representa llevarlo a una escena. Ahí es donde la magia ocurre y nuestros corazones se hinchan. Ahí es donde el artista combate los nuevos tejes y manejes de la industria, donde se limitan las fronteras. Ahí, en el escenario, es donde solía encontrarse el talento, lejos muy lejos de internet. Dos imponentes ejemplos: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Pete Best fueron descubiertos por Brian Epstein mientras tocaban en The Cavern Club. ¿Se acuerdan? O la importante labor de Alan McGee y su Creation Records firmando a bandas como Oasis, My Bloody Valentine o The Libertines.

De vuelta a los básicos

En México son cada vez más las bandas que hacen un esfuerzo por crear música y darla a conocer al mundo con o sin disquera, lo que representa una labor digna de reconocer. Asimismo son más los grupos que revaloran el acto en directo y se abren camino en un país que se ha vuelto punta de lanza para la música en directo en el mundo.

Sonar en la radio, sacar ventaja de internet y de las redes sociales, se vale. Pero habrá que voltear a ver a aquellas bandas que están buscando dejar huella a partir del directo. Que toman ventaja de los recintos que al día de hoy abren sus puertas para explorar la música que se hace en el país. Aquellos que hacen sus propias fiestas para tocar. Que invierten su dinero para tocar. Eso, que lo único que quieren, es tocar.

Estos son algunos de mis gallos. ¿Cuáles son los suyos?

Apocalipsis

Soledad

No Somos Marineros

Big Big Love

Terror Cósmico

Cardiel

A Mountains

O Tortuga

Escuchen más sobre la música independiente de México en el canal de Fill Indie Blanks de Sony Music Unlimited.